El concejal Eduardo Abud, instó al Ejecutivo a “gestionar un plan de seguridad para el Cementerio Parque y el de La Loma durante las 24 horas”. El propio edil presidió el ente que los administra.
A través de un proyecto de comunicación elevado por el concejal radical Eduardo Abud, se instó al Ejecutivo municipal a “gestionar la implementación de un plan de seguridad para el Cementerio Parque y El Cementerio Loma durante las 24 horas”.
No hace mucho tiempo LIBRE EXPRESION había denunciado el estado calamitoso de las instalaciones del Cementerio de La Loma, la falta de seguridad y los constantes robos producidos ante la impotencia de las autoridades del lugar, cansadas de pedir soluciones a un intendente que como en tantos casos no escucha, no sabe, no puede y no le importa (Cementerio de La Loma: radiografía moral del gobierno municipal)
Antes en el tiempo, pero aún a espera de solución, otra nota de este portal denunciaba el estado de inseguridad existente en el Cementerio Parque, donde los visitantes se encontraban todo el tiempo a expensas de grupos de delincuentes que los asaltaban, casi como parte de las actividades «normales» del lugar (Malvivientes amenazan a la gente en el Cementerio Parque).
Pese al tiempo transcurrido, tampoco hubo una respuesta que fuese más allá del obsceno y reiterado anuncio de que la Policía Local reforzará el patrullaje en el lugar, cosa que ocurrió por apenas dos semanas.
La razón del pedido surge entonces a partir de “reiterados casos de inseguridad dentro de los predios”, debido a “la falta de control de ingresos y egresos” que “hacen impunes los hechos delictivos”.
Según expresó el edil, “pese a cerrarse los portones de acceso al parque los mismos son vandalizados para ingresar y cometer delitos y profanaciones varias”.
Hasta el momento, señaló que sólo existe una guardia penitenciaria para resguardar la seguridad de las cajas recaudadoras, “pero no para el exterior”.
Además sostuvo que garantizar la seguridad del personal y de los contribuyentes constituyen “un deber de la Municipalidad”, por lo que también instó al cese de ciertas modalidades tales como efectuar “disparos al aire a forma de despedida del difunto”, algo que produce temor entre los ajenos al servicio fúnebre en cuestión.
Encomiable preocupación del concejal, aunque valga recordar que él mismo fue titular del ENOSUR del que dependían ambos cementerios. ¿Sería posible conocer como orientó estas preocupaciones cuando estaba en sus manos poder hacerlo?. ¿Es que por entonces sus superiores no atendieron la cuestión?.
Tal vez una aclaración sería buena para la comunidad.
Mientras tanto, sería bueno que encaminara sus pasos hacia el despacho de Zorro Uno e ingresase al mismo recitando a Espronceda con aquello de «Y encontré mi ilusión desvanecida y eterno e insaciable mi deseo: palpé la realidad y odié la vida. Sólo en la paz de los sepulcros creo». Tal vez allí se encuentre su anhelado informe.