Consideró que eso es necesario para «mejorar las condiciones carcelarias en el respeto de la dignidad humana» y rechazó la detención preventiva «abusiva».
El papa Francisco llamó este jueves a abolir la «pena de muerte, legal o ilegal y en todas sus formas, pero también a fin de mejorar las condiciones carcelarias en el respeto de la dignidad humana».
El pontífice agregó que «la condena perpetua es una pena de muerte escondida» y condenó las «llamadas ejecuciones extrajudiciales o extralegales».
En su encuentro con una delegación de la Asociación Internacional de Derecho Penal, el Papa advirtió que «la condena perpetua es una pena de muerte escondida» y condenó las «llamadas ejecuciones extrajudiciales o extralegales».
El Papa también condenó la detención preventiva «abusiva». El pontífice consideró que la detención preventiva, «cuando en forma abusiva busca un anticipo de la pena, previa a la condena, o como medida que se aplica frente a la sospecha más o menos fundada de un delito cometido, constituye otra forma contemporánea de pena ilícita y oculta, más allá de cada pátina de legalidad».
Francisco también instó a los Estados a «abstenerse de castigar penalmente a los niños» y dijo que, en cambio, deberían darle a los menores «todos los privilegios que el Estado es capaz de ofrecer».
El Papa pidió además «tratamientos particulares para los ancianos, como se hace con las mujeres embarazadas, padres con hijos discapacitados y personas discapacitadas».
«Algunas formas de criminalidad perpetradas por privados afectan gravemente la dignidad de las personas y el bien común» y de ellas «muchas no podrían nunca ser cometidas sin la complicidad, activa o por omisión, de las autoridades públicas». Lo denunció Francisco, citando la trata de personas y a «las mil millones de personas atrapadas en la pobreza absoluta». (ANSA)