Fue a España a revalidar el título de médica y se quedó para ayudar por la pandemia

Marcela Díaz Stranden, médica argentina radicada en Noruega, fue a España para una suplencia de dos meses que le permitiera revalidar su título. Podría haber vuelto a su casa, pero decidió quedarse para colaborar en atención primaria.

Su historia como argentina en el exterior comenzó cerca de Oslo, a donde se mudó con su marido noruego a quien conoció en Ushuaia. Ella era militar y había elegido ese camino porque sintió esa vocación desde chica en su Rosario natal, pero en aquellos tiempos no se imaginó que también tenía dormida una fuerte inclinación hacia la medicina.

Ya instalada en Noruega formó su familia, siguió estudiando y llegó a ser bioquímica, una tarea a la que se dedicó con entusiasmo hasta que se dio cuenta que había llegado a un techo. Así fue que, junto a su marido, tomó la gran decisión de retornar a Argentina para estudiar medicina y volver a vincularse con la cultura de su país especialmente para que su pequeño hijo tuviera una visión de dos estilos de vida tan diferentes.

De los diez años que pasaron en Rosario, seis de ellos fueron necesarios para que Marcela pudiera completar la carrera de medicina y así satisfacer una de sus necesidades vocacionales. Ya con un hijo adolescente, el matrimonio emprendió la vuelta hacía tierras nórdicas con el desafío de readaptarse a la nueva dinámica y con la intención de revalidar el título en Europa para poder ejercer.

A menos de un año de haber regresado de Argentina, la mejor posibilidad era viajar de Noruega a España para hacer unas suplencias y, a partir de ahí, quedar habilitada para trabajar como médica en Europa. Buscó opciones, pidió trabajo en dos lugares y los dos la aceptaron porque valoraron lo que podía aportar una profesional con más de 40 años de experiencia de vida, además del recorrido laboral.

Antes de que estalle la pandemia, la flamante médica rosarina eligió mudarse a Argamasilla de Alba, cerca de Madrid, para trabajar en un pequeño centro de salud haciendo guardias los fines de semana. Allí desembarcó el 7 de marzo, unos días antes de que el coronavirus avanzara de manera avasallante. Los casos empezaron a multiplicarse y varios compañeros se contagiaron, pero ella se mantuvo firme en la primera línea de batalla. Aunque tuvo la opción de retornar a su casa en Noruega, decidió quedarse para poner el hombro a la situación y poder hacer su aporte desde la atención primaria.

En diálogo con la periodista Florencia Cordero en el programa Un Lugar en el Mundo de Radio Brisas de Mar del Plata, Marcela Díaz Stranden narró los detalles de su particular historia y pidió manterse en alerta con las precauciones necesarias ante la propagación del virus. Extraña a su familia y sabe que está expuesta, pero siente con convicción que su obligación es permanecer en España para ayudar a la sociedad desde su lugar.

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