Fuegos de artificio que ponen la inseguridad en modo campaña

Por Adrián FreijoLa presencia en comisión del Concejo del secretario de Seguridad Horacio García, junto a su equipo de trabajo dio lugar a un show proselitista que nada deja para el ciudadano.

Cada dos años los ciudadanos dejamos de ser tales para convertirnos, por no menos tiempo que un semestre, en simples votantes. Todo lo que nos llega desde la política está pensado en clave electoral, especulativa y ciertamente…cuantitativa.

Y la inseguridad, ese flagelo al que ningún gobierno ha logrado otra cosa que no sea incrementarla, no es la excepción.

Algo de eso se vivió esta mañana en el Concejo Deliberante, puntualmente en la comisión que trata sobre el tema, cuando el secretario del área Horacio García compareció para dar cuenta del estado de cosas en General Pueyrredón pero sobre todo sobre las políticas implementadas y la necesidad, o no, de declarar la emergencia en la materia.

Los números presentados por el funcionario y su equipo -si bien no se condicen con la percepción de los vecinos, alarmados por lo que sienten una inseguridad creciente- parecen dar pie para el optimismo:

-hubo una reducción en el robo y hurto de 8% respecto a julio de 2020 y de 51% en relación con el mismo mes de 2019, tiempo en el que aún no había cuarentena;

-el robo y hurto de automotores subió 9% respecto a 2020 y bajó 44% si se lo compara con julio de 2019;

-el robo de motos “es el más bajo de los últimos tres períodos” afirmaron los funcionarios;

-y en el robo a comercios hubo una disminución de 19% respecto a 2020 y de 48% en comparación con 2019;

-también se registró una baja de 10,8% en homicidios, del 28% en homicidio en ocasión de robo, del 42,2% en abuso de arma de fuego y de 32,3% en lesiones culposas.

Datos que no hicieron mella en lo que era claramente la intención del Frente de Todos al momento de convocar a García a esta especie de interpelación: la cuestión que realmente interesaba a la bancada kirchnerista era la referida a la declaración de la emergencia en materia de inseguridad, circunstancia que suponían suficiente para poner en evidencia ante los marplatenses el supuesto fracaso de la gestión municipal para resolver la cuestión.

Por eso ni se detuvieron en los datos -tan poca importancia supieron darles que ni siquiera intentaron un cuestionamiento- sino que cargaron a fondo con este tema, tratando de sacar del secretario un reconocimiento a su necesidad.

García, poco ducho en estas cuestiones políticas y proclive siempre a introducir cuestiones espirituales en el tratamiento de temas que por su propia esencia requieren de una firmeza taxativa, pareció por un momento aceptar la utilidad de la medida al afirmar que «me parece que la agilización es fundamental» lo que inmediatamente fue tomado por los ediles opositores como un asentimiento a la propuesta.

Lo que en realidad de encargado del área de seguridad estaba planteando, y se apuró en aclarar, era la necesidad de que cuestiones presupuestarias que deben pasar por el Concejo no tengan la demora y/o el cajoneo que es habitual y que convierte en lento y farragoso el proceso de contratar servicios o comprar insumos. Una celeridad de en el caso de lograrse haría innecesaria la emergencia y todas las consecuencias que trae aparejada y que torna de difícil consecución cuando la intención de la oposición -cualquiera sea origen partidario- solo busca poner palos en la rueda.

Terminada la sesión quedó en claro que todos habían concurrido al recinto con un libreto bien estudiado, nadie estaba dispuesto a correrse un centímetro de sus posiciones previas y que ahora volarán por medio de comunicados, declaraciones y redes sociales las interpretaciones más o menos capciosas que cada uno quiera darle a la cuestión.

Mientras el ciudadano espera que dejen de tratarlo como un simple votante y todos, sin excepción de color político posible, se aboquen a resolver este y muchos otros problemas que lo agobian.

Al menos hasta dentro de dos años en el que la calesita electoral volverá a girar a la espera de que alguna vez alguien saque la sortija de la responsabilidad y el sentido común…