Redacción – El miedo a que fuese por afuera y la firmeza de Baragiola en no aceptar ninguna otra alternativa convenció a los jefes de Cambiemos.
De nada sirvieron todas las jugadas, intentonas y jugarretas que desde las usinas provinciales de Cambiemos se probaron para sacar de la cancha a la dirigente radical. El temor a que fuese por afuera -en un espacio que ya sabe que perderá los votos, pocos o muchos, que podía arrimar Carlos Arroyo– y las dudas acerca de las reales posibilidades de Guillermo Montenegro, terminaron por convencer a María Eugenia Vidal y a sus armadores de campaña que era un suicidio empujar a Baragiola fuera del espacio.
En las últimas horas de hoy, y con la intervención directa de algún despacho cercano al de Mauricio Macri, se resolvió habilitar las PASO de agosto a la lista encabezada por la concejal de la UCR, postergar las aspiraciones de Maximiliano Abad y jugar el futuro del espacio a una contienda entre el elegido de la gobernadora y la incómoda Vilma, a la que nadie quiere pero todos reconocen necesitar.
Y es que si se trata de arrimar votos para sostener la reelección de la gobernadora bonaerense, los números cantan que la única en condiciones de retener un distrito de la importancia de General Pueyrredón es Baragiola.
Punto final: habrá PASO y, pese a todos los intentos en contrario, la concejal radical estará en la línea de largada.