GRACIAS HIGUAÍN

Pocos jugadores recibieron tantos insultos como el «9» de nuestra Selección. El penal que puso en órbita y nos dejó sin Copa América se vuelve ahora en un recuerdo que mueve al aplauso y la emoción.

Tres ex jefes de gabinete prestando declaración indagatoria por el desmanejo de los fondos de Fútbol Para Todos; el actual presidente de la AFA, el ex secretario y el ex tesorero, quienes ocuparon esos cargos entre 2013 y 2015, intimados por la AFIP a abonar 55 millones de pesos en total por «incumplimiento de retenciones tributarias», lo que representa quedarse con dinero ajeno; barras bravas de Boca detenidos por desmanes y amenazas en Paraguay, otros de Velez «ordenando» que no se preste el estadio del Fortín para el partido de San Lorenzo en la fecha final, varios de River condenados por el homicidio de Gonzalo Acro; escándalo en la organización de la Superliga y más escándalo en la elección de un presidente para la entidad mayor del fútbol argentino; cuevas financieras cautivas en las que los propios dirigentes de AFA ejercían usura sobre los clubes; la triste figura de Cherquis Bialo mostrando por TV el desprecio que la dirigencia tiene acerca de la inteligencia de la gente; periodismo militante que intenta sostener lo insostenible a cambio de algunos pocos pesos; estadios destruidos, clubes fundidos, arbitrajes sospechados, representantes que se quedan con la «parte del león» de las transferencias; planteles apretados por «hinchas caracterizados» a los que deben pagarle peaje bajo amenaza de ver sus casas atacadas, sus coches rayados o incendiados y hasta su titularidad en riesgo; merchandising, estacionamiento, venta de drogas, piratería del asfalto, aprietes y custodia en beneficio de poderosos y algunas lindezas más en manos de los violentos.

Esto es el fútbol argentino de hoy. Tan lejos de la pelota y la pasión como su casa, amigo lector, lo está de la Luna.

Claro que tal vez usted llegue alguna vez a la Luna, lo que parece por estas horas más fácil que lograr que tanta lacra desaparezca del más popular de los deportes.

Una imagen tan triste y ajada que se nos antoja que aquella otra -la del Pipita Higuaín pateando su penal a las estrellas- es casi una bella postal de los tiempos en los que el fútbol era un hombre, una pelota y un arco.

Tiempos lejanos, si los hay.