Gran Bretaña: una elección que puede condicionar el futuro de Europa

Más de 40 millones de británicos participan en las elecciones más reñidas de los últimos 40 años, con laboristas y conservadores virtualmente empatados en las encuestas en el ‘sprint’ final.

Ninguno de los 2 partidos logrará la mayoría simple y el nuevo Gobierno británico se decidirá al final en juego de coaliciones y negociaciones bajo cuerda que puede llevar el país a una parálisis política.

El recuento en el Reino Unido es especialmente lento. Y los resultados no se harán oficiales hasta la mañana del viernes 08/05.

¿Qué eligen los británicos? Casi 4.000 candidatos compiten por los 650 escaños de la Cámara de los Comunes, repartidos en función de los territorios. Inglaterra es la zona más representada, con 533 diputados, seguida de Escocia (59), Gales (40) e Irlanda del Norte (18).

La votación no es obligatoria y en ella pueden participar ciudadanos británicos, irlandeses o de la Commonwealth que se hayan registrado previamente. 7 claves de las elecciones del Reino Unido 2015

No votan los miembros de la Cámara de los Lores, los ciudadanos europeos residentes en Reino Unido, los presos con condena en firme, ni los acusados de fraude electoral y personas incapacitadas legalmente.

El laborista Ed Miliband ha demostrado ser un líder más resistente y combativo de lo que muchos esperaban y ha llegado con un impulso «extra» a la recta final. Arropado por una campaña de puerta a puerta que ha llamado a más de 5 millones de hogares, Miliband confía en ganar el suficiente terreno en Inglaterra para compensar la pérdida masiva de escaños en Escocia.

El Partido Nacional Escocés (SNP), de Nicola Sturgeon, irrumpirá con una fuerza inusitada y saltará de sus 6 diputados actuales a la casi totalidad de los 59 escaños en disputa en su territorio. Sturgeon, triunfadora moral de la campaña, aspira a desembarcar en Londres con una «fuerza de choque», dispuesta a entablar conversaciones con los laboristas en cuanto los resultados se hagan oficiales.

Aunque el comodín en la manga puede volver a tenerlo el líder liberal-demócrata Nick Clegg. Pese a ver sus 56 diputados reducidos a la mitad, Clegg se ofrecerá previsiblemente al partido ganador para una negociación. El líder se ofreció como garantía de «estabilidad». Durante la campaña ha admitido que está dispuesto a poner el «corazón» en una nueva coalición con los «tories»… O el «cerebro» en una hipotética alianza con los laboristas.

«¡La victoria está a nuestro alcance!», proclamó en el cierre de campaña el ‘premier’ David Cameron, con una ligera ventaja en las apuestas y en las proyecciones de los analistas, pero sin ninguna firme garantía de revalidar durante otros 5 años su mandato.

El sistema electoral británico no garantiza a las primeras espadas de los grandes partidos obtener representación. De esta forma, hasta un aspirante a primer ministro debe lograr antes la victoria en la circunscripción por la que se presenta.

En caso de no tener a su aspirante oficial a ‘premier’ en la Cámara de los Comunes, el partido más votado debería elegir a un líder alternativo de forma provisional. La reina convocaría entonces a esta persona para consultarle sobre las opciones de gobierno y su formación debería elegir, ya de forma definitiva, a su nuevo líder.