Grave: la Escuela de Capacitación Textil cerró sus puertas

El estado no paga el sueldo de sus cinco docentes. En el contexto de una industria en crisis no es una medida inteligente desalentar a quienes quieren capacitarse. ¿Distracción o decisión política?

Después de cuatro años, el 14 de mayo del año pasado la Escuela de Capacitación Textil reabrió sus puertas. Más de ochenta alumnos se dividieron en cuatro cursos para especializarse en rubros como remallado, overlock, y zurcido de prendas. El objetivo era que apenas finalizaran su especialización consiguieran trabajo. Las expectativas duraron poco: el lugar sólo funcionó hasta diciembre porque el Estado dejó de pagarle el sueldo a las cinco docentes que dictaban los cursos.

“Estamos tratando de ponerla en funcionamiento de nuevo, pero parece que es algo complicadísimo porque no hay ningún gobierno, ni Nación, ni Provincia ni la Municipalidad, que se comprometa a aportar los fondos y así poder pagar los salarios de los docentes que capacitan gente y dan trabajo. Es increíble”, explicó el presidente de la Cámara Textil, Juan Pablo Maisonave. Y, enseguida, agregó: “La ciudad es la segunda en desocupación en el país. La escuela es realmente muy importante porque el que sale seguramente conseguirá trabajo. Cumple una función laboral y también cultural porque la gente sale con un oficio con el que se lanza como emprendedor o consigue trabajo seguro en una fábrica”.

Con la gestión anterior, salvo el salario de los capacitadores, la Cámara Textil aportaba el lugar, los elementos, la logística y los servicios para formar a los asistentes al curso. “En diciembre del año pasado dejamos de dar el curso y volvió a estar cerrada. Había quedado una deuda con la Cámara Textil que aún no se terminó de pagar. En realidad, la Municipalidad no le pagó a los docentes y nosotros respondimos y cubrimos esa deuda. De ahí en adelante nos juntamos con diferentes funcionarios para ponerla en funcionamiento y es muy complejo”, contó Maisonave.

Pese a las dificultades para conseguir los fondos, la asunción de Joaquín Della Torre como ministro de la Producción abrió la esperanza de conseguir una solución.

“Presentamos un proyecto que ya en otro momento se demostró que funcionaba. La idea es que el capital que pone el Estado para los docentes se devuelva en prendas.

No queremos que nos hagan una donación o un subsidio”, afirmó. Y agregó: ” Lo que hay que pagar son sólo cinco docentes. Todo el resto lo ponemos nosotros”.