Hace 48 años Cámpora creía llegar al gobierno y Perón asumía el poder

«Cámpora al gobierno, Perón al poder» era el lema electoral que cristalizó ese 11 de marzo de 1973 con el triunfo del FREJULI con el 49,53% de los votos. Comenzaba un tiempo que hizo añicos la consigna.

 

Hace exactamente 48 años, el pueblo argentino se unió en las urnas para poner de manifiesto su intención de terminar con la dictadura militar autodenominada “Revolución Argentina”, que había llevado a cabo el golpe del 28 de junio de 1966, que derrocó al presidente constitucional Arturo Illia. Al día siguiente, asumía el general Juan Carlos Onganía.

En un contexto signado por el desastre y el descontento popular, en el que los partidos políticos estaban extintos y el peronismo llevaba 18 años de proscripción, se produjeron históricas protestas como el Cordobazo y el Rosariazo.

La centralidad de Perón y la ubicación de Cámpora como actor de reparto fueron una muestra de quien detentaba el poder

La dictadura militar gobernante entre 1971 y 1973, bajo la presidencia de facto de Alejandro Agustín Lanusse, no tuvo más remedio que proponer una salida electoral en un clima de constante presión de la ciudadanía argentina, aunque se encargaron de impedir la candidatura de Juan Domingo Perón.

Finalmente, el memorable 11 de marzo de 1973 marcó el triunfo en las urnas del Frente Justicialista de Liberación (Frejuli), con la fórmula Héctor Cámpora – Vicente Solano Lima, que obtuvo 5.908.414 votos (49,53 por ciento), bajo el lema “Cámpora al Gobierno – Perón al poder”, que volvió a despertar la esperanza del pueblo. El Partido Radical, en tanto, había presentado la dupla Ricardo Balbín – Eduardo Gamond con la aspiración de poder capitalizar el voto antiperonista en una segunda vuelta, lo cual se vio frustrado.

El peronismo logró, además, la mayoría absoluta en ambas Cámaras y en casi todos los gobiernos provinciales.

En las paredes de las calles argentinas, se podía leer un afiche con el siguiente mensaje: “Al compañero y amigo Cámpora: tenga la plena seguridad de que junto a usted, todos nosotros, los compañeros del Movimiento Nacional Justicialista estaremos firmes acompañándolo en la empresa de la Reconstrucción Nacional. Juan Perón”.

Perón recibe al presidente Cámpora de pie y en el hall de la Quinta 17 de octubre.

Pero nada de eso ocurriría. Ya en ocasión de viajar el presidente electo a Madrid para entrevistarse con su líder fue notorio el enojo de Perón con lo que estaba ocurriendo en la Argentina. A punto tal que al llegar el coche oficial a las puertas de la Quinta «17 de octubre», residencia del exiliado fundador del justicialismo, debió esperar hasta 20 minutos hasta que las puertas fueron abiertas.

Una vez dentro del predio Cámpora se encontró con el escenario menos deseado: Perón, de pie en el hall de entrada, lo recibió sin allanarle el paso al interior de la casa y tras un breve diálogo dio por terminado el encuentro.

La historia que siguió a aquellas difíciles horas, el retorno de Perón a la Argentina, la lejanía cada vez más marcada con el débil presidente, su renuncia y las nuevas elecciones que consagraron al líder como mandatario por tercera vez en su vida fueron el marco de un drama que se aceleraría con la muerte del nuevo jefe de estado unos meses después de su asunción.

Pero ya reinaba otro apotegma: Perón al gobierno y al poder.