(Redacción) – No debe existir una mejor forma de esclavitud que obligar a la gente a hacer cola para todo. Así se logra que el hombre pierda su tiempo y su dignidad.
–Papá…¿dónde está mamá–
-Haciendo la cola para que le entreguen la garrafa, hijo-
-¿Y la abuela?-
-Haciendo la cola para cobrar la jubilación–
-¿Vuelve pronto?-
-No creo…después tiene que ir al PAMI a hacer la cola para que le den el turno para el médico-
–¿Y mi hermana?–
– Fue a hacer la cola a la salita de salud para que le den un turno con la ginecóloga para poder verla antes de fin de año-
–¿Adonde vas vos?–
-Voy temprano a hacer la cola para ver si consigo trabajo en la obra de la otra cuadra. Tengo que terminar antes del mediodía porque sino la cola para cobrar el seguro de desempleo se hace muy larga-
–¿Y mañana vamos a poder estar todos juntos?–
-Claro que si; mañana nos llevan a la Plaza a agradecerle a Cristina por lo felices que somos. Pero te vas a tener que levantar temprano porque sino la cola para subir a los micros va a durar muchas horas-
-Bueno papá, hasta luego-
-¿Vos que vas a hacer?-
-Los deberes papá…sino mamá me va a hacer chas chas...en la cola–
Y así, la redistribución del ingreso y la inclusión siguieron su vida como si nada.
