La disparada de casos ha generado un tironeo entre la Rosada y los gobernadores acerca de quién debe tomar las medidas. El miedo a pagar el costo político es por ahora la mayor preocupación.
En el gobierno de Axel Kicillof dejaron en claro que creen que las nuevas restricciones deben ser tomadas por Alberto Fernández. Pero ocurre que en la Rosada prefieren dejar esa decisión en manos de las provincias y que sean los gobernadores los que paguen el costo.
«Nosotros ya tomamos medidas, pero nos gustaría que sea en conjunto con Nación», planteó este jueves el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan. «Creo que va a haber que dictar de base medidas nacionales y después cada jurisdicción hacer lo que hicimos el año pasado, que cada uno tenía un sistema de fases», agregó en diálogo con Radio Del Plata.
El funcionario justificó su idea de una decisión nacional al afirmar que si bien el epicentro del crecimiento de casos está en la Ciudad de Buenos Aires y en el Conurbano, esta vez a diferencia del año pasado «las ciudades del interior arrancaron con muchísimos casos».
Pero nadie quiere pagar un alto precio político en un año electoral; y Alberto Fernández, pese a que no estará en la grilla para competir, sabe que su figura está sometida a un fuerte desgaste y sospecha por estas horas que no es casual que la presión mayor para ser el que disponga cierres y restricciones caen sobre él desde figuras muy cercanas a Cristina como es el caso del gobernador bonaerense.
Los días pasan, la Semana Santa -a la que todos tomaron como un riesgo necesario y ahora ven como un peligro explosivo- terminará y el espiral de contagios sigue acelerando un lunes que nadie quisiera que llegase.
Y alguien va a tener que tomar decisiones y asumir que gobernar no es recoger todo el tiempo plausos y sonrisas…