Incidentes: subsidio y premio a los violentos, castigo a los policías

En la Argentina de la dictadura de las minorías y a pesar de que todos vimos las imágenes de lo que ocurrió durante la marcha de mujeres, los únicos sancionados serán…los policías.

Todos fuimos testigos de los desmanes y todos vimos como un grupo de mujeres semidesnudas, que defecaban sobre la peatonal para tirar sus excrementos dentro de la Catedral y en la cara de quienes custodiaban la seguridad del templo llevaban adelanta su denigrante tareas ante la paciencia de las fuerzas del orden que con un por cierto estoico profesionalismo se limitaban a interrumpir el intento de copamiento de las desmadradas damiselas.

La represión -que se limitó a arrojar gases lacrimógenos para forzar la desconcentración y a la detención de algunas de las participantes cuyas actitudes violentas ya tornaban en agresión- fue la respuesta lógica y profesional a lo que estaba pasando.

¿Para qué está la policía si no para garantizar con fuerza equilibrada a las circunstancias que no se dañen bienes públicos y privados?.

Mientras esto ocurría un amplio sector devastado por las participantes de una marcha que se organizó y se llevó a cabo con el claro objetivo de que pasara lo que pasó.

Sin embargo, y pese a haber cumplido con su deber, las únicas sanciones serán para los efectivos policiales a quienes se les ha iniciado sumario administrativo aunque al menos se dio marcha atrás con el disparate de separarlos de la fuerza.

El comisario mayor Marcelo Di Pasqua reconoció que la Dirección de Asuntos Internos ordenó la formación de un sumario y que se investigue la actuación del personal que estuvo en la plaza San Martín.

Además del personal de la comisaría primera, efectivos del Grupo de Apoyo Departamental y de Infantería estuvieron en el lugar durante los incidentes.

La pregunta directa a las autoridades políticas sería: ¿para qué queremos tantos más efectivos y creamos nuevas policías si después no les permitimos actuar contra el delito?. Y hasta los castigamos si obran en consecuencia de su responsabilidad profesional.

Un disparate, uno más, de un país en el que las minorías se han llevado por delante los derechos de las mayorías y las instituciones solo sirven como spot publicitario de variopintos funcionarios rodeados de custodias personales que los alejan del padecimiento que sufre el ciudadano común.

Otra vez…ganaron los malos.