No fueron pocos los que antes de asumir Macri anunciaban que iban a recortarse fondos a la investigación científica y tecnológica. Y el presidente, que lo negaba, no los defraudó.
En el marco de una jornada nacional de lucha contra los ajustes y el recorte presupuestario en Ciencia y Tecnología, docentes, trabajadores y estudiantes de la Universidad de Mar del Plata realizan una protesta en el complejo universitario de Funes y Roca y planean marchar luego hacia el centro de la ciudad.
La “lavada de platos” –modalidad que pretende recordar aquella infelíz frase del ministro Domingo Cavallo en circunstancias dolorosamente similares a las actuales- tiene por objetivo visibilizar otras demandas de la comunidad educativa.
“Aumento presupuestario que contemple la pérdida de la masa salarial; regularización y ampliación de las plantas docentes y no-docentes; más recursos para asegurar la plena implementación del Convenio Colectivo de Trabajo y continuidad de los programas de ayuda económica y bienestar estudiantil”, son solo algunos de los reclamos del listado compartido entre Adum, la Fum y Apu.
Lo cierto es que una vez más la sociedad toma nota del escaso valor de las promesas previas a una elección: Mauricio Macri había negado entonces, y lo siguió haciendo ya en ejercicio del poder, que fuera a recortar gastos a un área tan vinculada con el desarrollo pleno de la Argentina.
Sin embargo el presupuesto enviado ahora al Congreso sigue la línea que tan tristemente se recuerda de un pasado que une al Proceso de Reorganización Nacional, al menemismo y al gobierno de Fernando De la Rúa con un intento similar en manos de su entonces ministro Ricardo López Murphy.
La Argentina de siempre, oscilando entre la demagogia populista y el desprecio conservador cuando de educación y ciencia se trata.
Con algo que los une en el tiempo y es la falta de interés real por el futuro de nuestra sociedad.
Foto: Gentileza La Capital