Por Adrián Freijo – Mar del Plata los vio hablando de una provincia que no existe, de una economía que solo se replica en sus cabezas e ignorando lo único que los une: su ocaso en el universo kirchnerista.
“El Estado tiene un rol fundamental en la generación, conservación y mejora de la calidad del empleo” y consideró que el país está “en un momento bisagra” para sostener la reactivación económica. Axel Kicillof llegó a la ciudad, en la que Fernanda Raverta se esfuerza por aparecer como anfitriona a pesar del rechazo de los ciudadanos y las fuertes versiones que hablan de su salida de la ANSES en las próximas semanas como parte de una purga de dirigentes cercanos a La Cámpora que está preparando el presidente Alberto Fernández para el momento en el que el Senado termine de aprobar el acuerdo con el FMI.
Ni siquiera sus encontronazos con Sergio Berni, cada vez más dispuesto a dejar en evidencia que ha decidido irse del espacio pegando un portazo, o el destrato que recibe de parte de cristina Fernández de Kirchner y su hijo Máximo quienes han resuelto colonizarle la provincia en beneficio propio, logran poner en eje a un gobernador que ya no solo se regodea en el relato sino que para preocupación de propios y extraños parece vivir en el terreno de la ensoñación.
Afirmó que su principal tarea “radica en planificar hacia adelante las redes de contención que ayuden a estar mejor preparados para enfrentar la incertidumbre en una etapa de mucha turbulencia internacional” para sostener a continuación que “para nosotros gobernar es crear trabajo”.
Pequeña incoherencia…¿red de contención social o creación de puestos de trabajo?. Las estadísticas, que no hablan en el sentido del optimismo del mandatario, indican que en la provincia de Buenos Aires la recuperación del empleo pos pandemia no solo marcha con llamativa lentitud sino que deja además datos más que preocupantes: más del 59% de los nuevos empleos registrados corresponden al crecimiento del sector público. Muchos salarios para pagar y muy pocas manos para producir…
Raverta prefirió seguir con el conocido sonsonete que, entre sonrisas y datos capciosamente interpretados, busca esconder la realidad del deterioro de las prestaciones de un organismo que se ha convertido bajo su conducción en un financista del gobierno central, de su déficit y en caja de la actividad política desarrollada por su sector.
Sostuvo que uno de los grandes objetivos que se propuso la gestión fue “recuperar la capacidad de compra de los ingresos que transfiere el Gobierno a través de la Anses y, al mismo tiempo, ampliar las prestaciones para llegar a más argentinos y argentinas”. Sin embargo la pérdida real que han sufrido los jubilados y pensionados -más allá de la eterna discusión acera del sistema de actualización elegido que según se mire es materia opinable- se detecta día a día con el crecimiento de la inflación que, en apenas dos meses de este 2022, ha significado una caída real del 5,7% del poder de compra de los pasivos.
“Somos un Gobierno que todos los días toma decisiones en función de un pilar fundamental: crear trabajo” afirmó la funcionaria olvidando, como su compañero de visita, que solo se estaría promoviendo el empleo público.
Una nueva demostración de que ambos, en un momento especial de ocaso en su poder personal y buscando un nuevo lugar bajo el sol, dejan de lado la gestión para organizar encuentros políticos que buscan retener un tropa que ya no responde con el entusiasmo de antes y organizar movidas de prensa que sirvan para aparentar gestión.
Una verdadera caravana de fantasmas que seguirá deambulando por la provincia más compleja del país; esa que poco a poco va quedando en manos del delito, de las bandas políticas, de las organizaciones piqueteras y de cualquiera que tenga la capacidad de ver que los principales referentes institucionales están abocados al propio «sálvese quien pueda».
Algo que Axel y Fernanda ya ni siquiera intentan ocultar…