La carta que Francisco quiso convertir en su mensaje más claro

RedacciónFue en la ocasión y con el lenguaje más precisos. La respuesta del Papa a una misiva de salutación que le enviaran argentinos de muy diverso pensamiento hecha luz sobre las cosas.

Tal vez estuvo esperando durante gran parte de los cinco años de su papado el momento para hablar y ser entendido. O quizás ahora comience a comprender que la grieta que divide a los argentinos, a la que con sus gestos supo alimentar sin proponérselo, está hoy más cerca de cerrarse que de ensancharse.

Aquella salutación que recibió, firmada por decenas de referentes de diversos espacios políticos, sociales e ideológicos, pareció disparar en Francisco un «este es el momento» y,tal vez por primera vez, habló a los argentinos desde su cátedra y no desde su condición de militante.

Francisco resalta particularmente el hecho de que figuras de tan diversas posiciones – María Eugenia Vidal , Juan Grabois, Sergio Massa , Gabriela Michetti , Roberto Baradel y Eugenio Raúl Zaffaroni , entre otros- se unieran al menos para transmitir un mensaje y aspiraciones en común. Revaloriza ese gesto, más que las palabras y el mensaje que recibió al cumplir cinco años del inicio de su pontificado.

Y agradece también el saludo del presidente Mauricio Macri en el que se nota el esfuerzo del mandatario por instalar un punto de encuentro que permita iniciar otra etapa en la fría relación personal.

Destaca que «no es imposible encontrar razones para encontrarse» y constituye la prueba palpable de una de sus máximas predilectas: «la unidad es superior al conflicto».

A su manera también parece abrir una nueva etapa en la que seguramente buscará un diálogo más abierto con todos los sectores políticos e intentará sumar moderaciones frente a tanta crispación.

¿Significa esto que Francisco vendrá, por fin, al país al que declara su amor «grande e intenso»?. Hoy no puede saberse y seguramente el silencio de la Iglesia argentina frente a la carta está buscando que la misma sea interpretada en libertad por aquellos a los que está dirigida.

Lo que queda en evidencia es que el Papa sabe de las controversias que rodearon su figura. Al pedir «perdón a los que puedan sentirse ofendidos» por alguno de sus gestos lo deja en claro y, como Macri en su misiva y las personalidades que le enviaron la carta que hizo de disparador, también muestra voluntad de dejar atrás esos desencuentros.

Vienen además debates complicados –el aborto es tan solo uno de ellos, aunque tal vez el más impactante– y en el Vaticano han resuelto que no es la confrontación o la lejanía el mejor método para resolverlos.

Francisco ya está en casa, aunque aún no haya traspasado la puerta de entrada.

Lo demás lo dirá el tiempo…