La escuela como constructora de la cultura malvinera

El papel de la educación en la conciencia de las nuevas generaciones para sostener la convicción histórica, la cultura de la reivindicación y la inutilidad de la guerra como instrumento.

 

(Por María Clara Olmos) A 40 años de la guerra de Malvinas, docentes del nivel primario y secundario resaltaron el rol de la escuela en la construcción de la memoria del pasado reciente del país, en el marco de una búsqueda por «recuperar el debate por las islas» luego de «muchos años de silencio».

«Creo que es un deber docente mantener viva la memoria y que también los chicos puedan ir construyendo en la escuela lo que pasó en Malvinas», expresó a Télam Valeria Ayala (46), abogada y docente en secundarios públicos del partido bonaerense de Berazategui.

Charlas con ex combatientes, visitas a museos, proyección de registros fílmicos y la lectura de textos históricos son algunas de las propuestas pedagógicas a las que recurren los docentes para abordar la guerra de Malvinas en los distintos niveles escolares.

«Para los chicos es muy movilizante acceder a testimonios de esa época, siempre tienen un montón de inquietudes y preguntas para hacer», contó la docente, quien aseguró que aún hoy la moviliza recordar las cartas que le escribía a los soldados argentinos cuando era alumna de primer grado y estalló la guerra.

«Siempre veo que lo que más les queda haciendo ruido a los chicos es pensar cómo pudo llegar Argentina a una guerra contra una potencia, cómo se terminó en un enfrentamiento tan desigual», señaló la docente. Y agregó: «No es una tarea fácil poder dar respuesta a eso».

Matías Valcarce (46), profesor de historia en escuelas secundarias de Berazategui, aseguró que todavía es «un grupo reducido de profesores» los que están «más comprometidos con trabajar la memoria histórica del país».

«Durante mucho tiempo fue muy difícil trabajar la cuestión de Malvinas, debido al largo proceso de desmalvinización que vivimos, que afectó a todos los órdenes de la sociedad», recordó Valcarce.

No obstante, aseguró que en los últimos años se da «una especie de ‘remalvinización'» (sic) a partir de la cual cada vez está a disposición una mayor cantidad de material didáctico, cursos y capacitaciones para el personal docente.

«Es fundamental que no se hable de la guerra solamente en la efeméride, como un recuerdo, sino más bien discutir y pensar cómo nos afecta hoy y cuál sería el camino para que Argentina recupere la soberanía de las islas», añadió.

Ambos docentes coincidieron en que, a diferencia de lo que suele creerse, «hay un interés muy fuerte en los chicos en trabajar este tema».

«No es cierto que a los jóvenes no les interesa nada, al contrario, los interpelan muchísimo los temas vinculados a la violencia en estas dimensiones. Les resulta impactante y a veces les cuesta creer que lo que estudian es este mismo país», sostuvo Valcarce.

En ese sentido, destacó la experiencia del programa Jóvenes y Memoria de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), del cual ambos docentes vienen participando hace ya algunos años con distintos cursos.

«La CPM tiene un rol fundamental tanto para abordar la dictadura militar como lo que fue Malvinas y los chicos se enganchan un montón, incluso terminan haciendo producciones de manera autónoma, por fuera de la escuela», explicó el profesor.

De este programa, que lleva 20 años en acción, participaron ya un total de 185.000 estudiantes, que conformaron 12.000 equipos de investigación, con alrededor de 21.000 docentes involucrados, según los datos de la CPM.

Por su parte, Mariana Tevez (40), docente de historia del nivel secundario, destacó también al programa Malvinas en las Escuelas, a partir del cual los estudiantes reciben la visita de un grupo de ex combatientes de guerra en las escuelas.

«Esto me resultó siempre muy didáctico porque los chicos se comprometen de una manera única por el impacto que generan las experiencias propias de los veteranos de guerra. Sus historias tienen un rol pedagógico muy importante», señaló Tevez.

En cuanto al abordaje de la cuestión Malvinas en su materia, la docente resaltó: «No es simplemente hablar del pasado, tiene que ver con el ejercicio de la memoria, de recordar para que no vuelva a suceder y para comprender lo nocivas que son las guerras, especialmente para países subdesarrollados como el nuestro, que no tenemos el poderío militar para afrontarla».

Con distintos grados de profundización analítica, la guerra de Malvinas es abordada tanto en primaria como en secundaria.

«Cuando una menciona la guerra de Malvinas con niños de esta edad surge, de ellos, inevitablemente un interrogante difícil de abordar: ¿Por qué? Justamente ese es el interrogante más complejo», señaló por su parte Agustina Cardoso, maestra de nivel primario.

En diálogo con Télam, detalló que la complejización del tema «se va dando año a año» a medida que los niños «internalizan los procesos históricos más allá de las efemérides», comenzando en los grados más pequeños con cuentos infantiles y otros recursos adaptados que aborden lo sucedido.

Para los últimos grados de la primaria, cuando los niños tienen «un nivel de abstracción ya más desarrollado», se comienza a «desmenuzar, acorde a la edad, los motivos políticos y económicos que impulsan una guerra a través de diversas propuestas pedagógicas», como el relato testimonial.

«Partir del relato sensible y en primera persona ayuda a ‘humanizar’ los hechos. No son solo fechas y datos en un libro de texto, sino que son vidas intervinientes en el pasado nacional»,

A cuatro décadas de la guerra de Malvinas, los docentes coincidieron en que enseñar en las escuelas esta temática «tan dolorosa» para la memoria del país es «una deuda con quienes defendieron las islas» y «una obligación» para que las nuevas generaciones no olviden.