(Redacción) – A pesar de la gravedad de los hechos en juego, el gobernador volvió a priorizar su candidatura y operó fuertemente ante la Cámara para que rechazara la denuncia.
El fiscal federal Carlos Stornelli fue una de las últimas personas con las que el fiscal Alberto Nisman mantuvo comunicación antes de su muerte. Si bien declaró voluntariamente frente a la fiscal Fein, nunca contó si lo que tenía para decir era importante o sólo circunstancias propias del trabajo de ambos.
Sin embargo no dudó en afirmar públicamente: «Creo que esta muerte macabra de la que todos somos testigos debe movilizar a una toma de conciencia. Es muy duro venir a trabajar, es muy triste, pero lo hacemos», expresó. Tuvo además un alto perfil en la organización y desarrollo de la marcha del 18 de febrero en repudio al asesinato del fiscal.
Stornelli es sin embargo el nexo de Daniel Scioli con la justicia y estos últimos días ejerció fuertemente ese papel. De hecho, y por una orden directa del gobernador, «negoció» con los camaristas que tenían en sus manos la resolución de la denuncia de Nisman todo lo que tenía que ver con el perfil político de la cuestión.
Le transmitió a Ballesteros «la preocupación del gobernador» por la posibilidad de que la causa siguiese adelante y ello pudiese afectar sus posibilidades electorales. Les recordó que Scioli para cumplir su sueño debe «salvar» a Cristina Fernández, complicada tanto por la denuncia de Nisman como por la causa de Hotesur.
Es por ello que, en las últimas semanas, se habría ocupado de hacer gestiones secretas para hacer saber en los tribunales cuál era su opinión respecto a dos de los expedientes más sensibles para la Presidenta.
¿Porqué Ballesteros?; el camarista conoce a Scioli hace muchos años, pero además tiene con él algunos amigos en común, contaron miembros del Poder Judicial y dirigentes del PJ.
Y justamente un empresario allegado al justicialismo, José Cuiña, fue el que primero habló con el camarista para hacerle llegar la preocupación del mandatario provincial. Y fue también el encargado de acercarle una propuesta que por estas horas está comenzando a manejar el hermano de Ballesteros y que tiene que ver con un importante negocio en el área de salud en nuestra ciudad.
Los trazos finos del acuerdo fueron luego manejados por el propio Stornelli y de esa manera se alejó toda posibilidad de que la denuncia siguiese adelante. Aunque el juez debió aclarar que la causa Hotesur es mucho más compleja y que para resolverla en función del interés de Cristina «el gobierno deberá realizar un esfuerzo extra». A buen entendedor…
Lo cierto es que Scioli puede seguir adelante con su candidatura, aunque para ello tengan que quedar en el camino cuestiones como la muerte de un fiscal, un memorándum que buscaba la impunidad de los asesinos de 85 personas y tal vez muy pronto una investigación sobre lavado de dinero por parte de las máximas autoridades del país.
Cuestiones propias de la Argentina que se desvive por gobernar Daniel Scioli al precio que fuese.