Manuel Cruz Vila trabajaba en Tribunales como abogado en Mar del Plata, pero un día decidió renunciar para buscar nuevos horizontes. Las consecuencias de elegir emigrar fueron sorprendentes.
Primero se fue a Portugal a surfear, después pasó por España y México. Por las vueltas de la vida terminó eligiendo Alemania para hacer base en Europa. Tras 20 años de su decisión crucial, se desempeña como traductor de alemán y enseña el idioma a migrantes.
Al principio trabajó en una cocina como primera opción sin conocer el idioma, pero con el tiempo se fue perfeccionando con el alemán y empezó a ganar espacios en el aspecto laboral.
Además, formó su familia -con su mujer y sus dos pequeños hijos- pero siempre tiene en mente a Mar del Plata, su ciudad, a la que siempre vuelve de visita para «recargar sol» durante el largo invierno alemán de días cortos y temperaturas bajísimas.
En diálogo con Florencia Cordero en el programa Un Lugar en el Mundo, Manuel Cruz Vila contó cómo vivió la particular situación de adaptarse a distintas culturas y remarcó la importancia del impulso de sus padres a la hora de apoyar su decisión de dejar todo para emigrar.
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