La interna del peronismo local toma vuelo en la pelea nacional

Redacción – La lista oficialista encabezada por el actual presidente del PJ, en alianza con la poderosa estructura que lidera Rodolfo «Manino»Iriart, amenaza con jaquear el proyecto de Fernanda Raverta.

 

Primero se intentó proscribir cualquier expresión contraria a los dictados de Máximo Kirchner que en Mar del Plata encarna la titular de la ANSES Fernanda Raverta. Así se buscaba cerrar el proyecto de repliegue hegemónico que La Cámpora prepara para la populosa provincia de Buenos Aires.

Fracasado el intento, y tras el cimbronazo generado por la renuncia del hijo de la ex presidente a la titularidad del bloque de diputados nacionales del Frente de Todos, la cuestión viró hacia febriles negociaciones, promesas de cargos y prebendas y alguna velada amenaza para convencer a los díscolos de abandonar el proyecto de enfrentar al kirchnerismo en las elecciones internas del PJ bonaerense en su versión local.

Otros tiempos: hoy el «ravertismo» se encerró en su propio laberinto

Juan Manuel Rapacioli, el actual titular partidario que con un estilo muy personal y una dosis de paciencia y picardía suficiente para campear temporales y alejarse silbando bajito cuando las circunstancias lo requerían, fue abriendo su círculo pequeño de colaboradores, arrimando viejos y desencantados militantes, aprovechando las sucesivas derrotas del peronismo lugareño en las elecciones de 2019-21 -en las que al ser dejado groseramente de lado eximía al partido de cualquier responsabilidad- mientras tejía la alianza más importante y que le daría volumen a su intento de ir por la reelección: las conversaciones que desde hace meses viene llevando adelante con el director del Correo Central y jefe de una de las organizaciones partidarias más fuertes, activas y disciplinadas que tiene el justicialismo en la región, Rodolfo «Manino» Iriart.

Hábil negociador, el hombre históricamente vinculado a Daniel Scioli no parecía por momentos dispuesto a romper con el oficialismo bonaerense y tal vez por eso no eran pocos los que presagiaban que una vez más iba a postergar sus aspiraciones de liderazgo y desensillar hasta que aclarara. Pero algunas señales llegadas desde las cercanías del incipiente «albertismo» y el enojo que en el centro del poder generó la defección de Máximo sirvieron de brisa suficiente para acercar las partes y alumbrar una oferta electoral que, sumados ambos referentes, está en condiciones de dar pelea al ravertismo que hoy afronta una verdadera crisis interna.

Y es que no son pocos los kirchneristas -incluidos algunos concejales del FdT- que ya no quieren seguir siendo furgón de cola de las aspiraciones personales de Raverta, los arranques autoritarios de su pareja Pablo Obeid y la única e indisimulada intención de ambos por adueñarse de poder y caja como si el proyecto político naciese y muriese en ellos.

Dicen los mentideros que el nuevo «albertismo» no estaría ajeno al armado Rapacioli-Iriart

Así lo que hasta ayer nomás aparecía como una aventura de fuerza desigual es ahora una lista que con Iriart encabezando la nómina de candidatos a congresales partidarios -Raverta va de número dos en la suya- propone dirimir el poder entre los únicos dirigentes con armado y predicamento en el presente del PJ marplatense.

Y supone también una tentación para muchos afiliados que, ante el estalinismo inconducente de las dos veces derrotada candidata del Frente, ven ahora la posibilidad de un cambio de aire que extrañamente encarna justamente en la figura de quien venía presidiendo el partido y su nuevo y poderoso socio.

Será entonces algo más que algunos cargos lo que estará en juego en la próxima y cercana interna del peronismo marplatense. O en realidad…mucho más.