La interna se metió en el debate del transporte y el FdT se relame

RedacciónLas tensión interna en Juntos por el Cambio se trasladó al debate del pliego para el nuevo sistema de transporte urbano y el Frente de Todos se encontró con un regalo inesperado.

Coletazos de las elecciones internas en la UCR comienzan a condicionar la vida política marplatense y poniendo sus pies en posición de zancadilla por delante de algunos temas especialmente delicados para la administración de Guillermo Montenegro.

Porque si bien el triunfo de Maxi Abad representa la garantía de continuidad de una alianza que no está tan sólida como se pretende mostrar, otras peleas y otros intereses contrapuestos comienzan a tensionar el presente y amenazan con consecuencias mucho más serias una vez que comience a definirse el armado de las listas electorales para octubre.

Alejandro Carrancio: no hay peor cuña…

Porque Abad es dialoguista, está abocado a rescatar la coalición…pero quiere para su sector la mayor cantidad de cargos posibles y un protagonismo que no es otro que el que reclaman los radicales en todos los niveles de decisión. Muchas versiones que llegan desde nación y provincia acerca de algún intento de «peronizar» JxC han puesto en alerta a los boina blanca que, duchos en estas cosas de los equilibrios de poder, no quieren dejar pasar la ocasión de ampliar su peso en la mesa del poder político y Abad busca conseguirlo acá en Mar del Plata.

Y ello le pone nombre y apellido a quien queda preso de este nuevo escenario: Lucas Fiorini.

Porque el hombre de Crear, viejo aliado de Joaquín de la Torre hasta aquí casi excluyente armador del peronismo en Juntos por el Cambio, no tiene la mejor relación con Guillermo Montenegro y desde siempre es mirado con desconfianza por los radicales y, muy especialmente, por el propio Abad. Pero no es de quedarse sentado lamentando sus males y mucho menos arriar las velas de sus intereses políticos. Y tiene, o cree tener, armas suficientes para dar pelea…

Por eso se ha abocado a un armado político alternativo con el que amenaza desafiar el poder interno o, en el peor de los caos, producir un cisma que, aún que no sea determinante desde lo cuantitativo, puede hacer temblar los cimientos de la sociedad «cambiemita». Y mientras tanto envía señales internas que no pasan desapercibidas en el despacho principal de la comuna.

Gutierrez y Amalfitano (FdT): «la mesa está servida…»

Su ladero Alejandro Carrancio rompió todos los moldes esperados en la reunión de la  comisión de Movilidad Urbana del Concejo Deliberante en la que se trataba el pliego de bases y condiciones para la nueva licitación del transporte de pasajeros en la ciudad. Planteó distintas consideraciones y propuestas para modificar puntos de los distintos artículos del proyecto elaborado por el Ejecutivo.

Fue tan sorpresiva su actitud que su compañero de bancada Nicolás Lauría en el recinto y el representantes del PRO Guillermo Volponi a través de sus redes sociales debieron salir a aclarar que los dichos del concejal de Vamos Juntos lo eran a título personal y no representaban la opinión del bloque.

Pero el daño ya estaba  hecho y los festejos en la oposición del Frente de Todos inocultables. De un momento a otro, y por exclusiva culpa de apetencias no atendidas y pequeñas rencillas por el poder, el kirchnerismo lograba su objetivo de embarrar la cancha en un tema -el del transporte- que se han propuesto no permitir que el intendente resuelva de una vez.

Nicolás Lauría: «Señorita, señorita, el niño Alejandro no es de mi barra»

«Carrancio reflejó todas las deficiencias del nuevo pliego del transporte, se trata de un concejal del propio oficialismo, esperemos que lo escuchen» dijo, ni lerdo ni perezoso, el concejal Vito Amalfitano, convertido en la principal espada del peronismo lugareño frente al intento de reforma del sistema de transporte urbano en los términos planteados por el Ejecutivo.

Lástima grande que las internas políticas se cuelen en un tema que la ciudad pide a gritos que se resuelva de una vez por todas. Ahora habrá que esperar para ver si las presiones de los seguidores de Fiorini logran su objetivo y el senador logra un lugar en las boleta electoral que le sirva para renovar su banca, o le ofrecen algo que lo conforme o…se queda colgado del pincel.

Y el costo puede no ser menor: así las cosas es probable que el pliego pase a mejor vida y que el municipio se vea obligado a una nueva prórroga de la actual concesión con todos los costos de precariedad que ello supone. Y a un innecesario desgaste de la figura de Montenegro quien vería como desde su propio bloque se trabajó para empujarlo a un fracaso en el tema que podía marcar un antes y un después en su gestión.

Mientras tanto el kirchnerismo puede sentarse tranquilo en el ring side para ver como sus rivales, que deberían estar protagonizando el fondo de la velada, se enredan en una preliminar en la que está en juego un cinturón sin peso ni prestigio alguno.

Pero cuidado...la popular está mirando.