LA JUSTICIA PEDALEANDO EN EL AIRE

¿Cuánto hace que la Corte no resuelve un problema en la Argentina?, ¿qué cantidad de tiempo ha pasado desde la última vez que la pirámide de uno de los poderes del estado ordenó la vida institucional?

El 8 de setiembre de 1930 la Corte Suprema de Justicia de la Nación hizo su aparición en la vida institucional del país y se presentó con la cara doble de tragedia y comedia con la que hoy la identificamos. Ese día el máximo tribunal legitimó -y al hacerlo también legalizó- el golpe militar llevado adelante contra el presidente constitucional Hipólito Yrigoyen.

Y por primera vez utilizó un subterfugio legal que pretendió dar sustento al disparate: habló de la continuidad de los actos del estado, pretendiendo ignorar que quienes ahora decían encarnarlo no eran otra cosa que brutales usurpadores del poder constitucional.

Desde esa malhadada fecha todas las Cortes que siguieron se convirtieron en mero apéndice del poder de turno, ya fuese de facto o de jure. Todas…

Hoy los argentinos asistimos una vez más a lo que tangueramente podría bautizarse como «La Corte ausente». Ya los gobiernos de la CABA y de la provincia llegaron a un acuerdo con la administración nacional acerca de como avanzar con la cuestión de la presencialidad en los colegios y el tribunal superior de la república sigue escondido en palacio sin pronunciarse, sin opinar…esperando que el tema salga de agenda para, entonces sí, emitir una acordada que tristemente será para explicar la cuadratura del círculo o simplemente para hablar de una cuestión que cayó en abstracto.

Si no hay Corte, no hay justicia; si no hay justicia, no hay república. Si no hay república no hay ciudadanos…solamente súbditos.

Póngase el lector el sayo que más le plazca.