(Por Karina Fernández) – Durante su visita a Shanghai, el Subsecretario de Pesca de la Nación se reunió con empresarios y funcionarios del gigante asiático que expresaron su interés en realizar inversiones en infraestructura para puertos y radicar nuevas empresas en el país para acceder a nuestro caladero.
La Subsecretaría de Pesca de la Nación envió, desde el espejismo de Shanghai, una optimista gacetilla de prensa que comunica las intenciones de China de aumentar las importaciones de productos pesqueros e invertir en nuestro país. La empresa pesquera más grande del mundo, China National Fisheries Corporation, buscará emular a Shanghai Fisheries General Corporation, que en 2013 adquirió la totalidad de la firma patagónica Altamare SA (ex Pereira). A su vez funcionarios chinos plantearon la intención de invertir en infraestructura en los puertos argentinos.
La Argentina fue el primer país latinoamericano en establecer canales de cooperación con el país asiático a partir de 1920 y en 1953 acordó la primera operación comercial; pero para dar el gran salto en el intercambio comercial, hubo que esperar hasta la década del 90. Hoy es el segundo socio comercial de nuestro país.
Aunque discutida, China es la segunda economía del mundo y una potencia industrial que poco tiene que ver con aquella sociedad agraria de 1949. Ocupa el primer lugar de las exportaciones mundiales, creciendo un promedio de 10% anual desde hace 30 años; logró ocupar espacios de decisión en la ONU y a pesar de las graves denuncias por dumping social, consiguió ser aceptada en la Organización Mundial del Comercio. Con un PBI de 5,8 billones de dólares y una magnitud de gran jugador muchos se preguntan si le conviene a la Argentina profundizar los lazos comerciales.
En 1996 las exportaciones a argentinas a China alcanzaron los 607 millones de dólares, con importaciones del imperio rojo de 697 millones. En 2001, esas cifras se habían duplicado y a partir de entonces no dejaron de crecer. Hasta 2008, cuando las exportaciones argentinas alcanzaron los 6.100 millones de dólares y de China importamos 4.700 millones, mantuvimos el superávit comercial; pero esta situación cambió a partir de 2009, cuando la balanza comenzó a ser negativa para nosotros, llegando en 2011 a tener un déficit de 4.500 millones y de 5.000 millones en 2013.
En cada país con el que el gigante asiático profundiza relaciones –Rusia, Egipto, Irán, Congo, Venezuela, entre otros– la fórmula que aplica es: “Mis productos acabados por tus recursos naturales”. En la composición de las exportaciones de la Argentina a China, el 49,8% corresponde a los porotos de soja, 11% al petróleo, mientras que las carnes solo ocupan el 1,2% según datos de 2013. Los pescados de forma desagregada no figuran en la estadística oficial pero esos datos pueden encontrarse en documentos de la Subsecretaría de Pesca: del total en divisas que ingresaron por exportación, China representa el 9%. En cuanto a la participación por especie surge que le corresponde el 7% del total de langostino exportado y el 31% del calamar illex.
Para la Cámara de Comercia Argentino China, una de las posibilidades de diversificación se encuentra en la venta de pescados y mariscos; y lo mismo al parecer piensan en China. Según relata la gacetilla enviada por la Subsecretaría de Pesca desde Shanghai, el interés se ha hecho explícito. Como muestra de ello citan la adquisición de la firma Altamare SA por parte de Shanghai Fisheries General Corporation y la intención de su presidente, Shao Hua Pu, de incorporar nuevos buques para diversificar las capturas.
A su vez informaron que las autoridades de China National Fisheries Corporation -la mayor empresa pesquera- “se desplazaron desde la ciudad de Beijing a Shanghai, a los efectos de mantener un encuentro con el Subsecretario de Pesca”, con el objetivo de presentarle “proyectos de expansión de sus inversiones en la Argentina a concretarse durante el año 2015”. Puntualizan que buscarán aumentar el “valor agregado de los productos en nuestro país”.
En cuanto a la actividad oficial entre funcionarios de ambos países, se dio cuenta del encuentro entre el Director del Buró de Pesca del MOA Chino, Zhao Xingwu y el Subsecretario de Pesca argentino, Miguel Bustamante. Si bien no se brindaron detalles sobre los temas abordados, es de esperar que el arancel preferencial para el langostino y el calamar haya sido uno de los más relevantes: “Se abordaron algunas cuestiones de la agenda de ambos Organismos, las que serán definidas en el 5ta. Reunión del Subcomité de Pesca a celebrarse en el mes de noviembre próximo”, señala la gacetilla.
El motivo que originalmente generó la invitación por parte del gobierno de Shanghai a la delegación argentina, fue poner en conocimiento a funcionarios y empresarios chinos, sobre los alcances de la legislación pesquera nacional. Sobre el particular, Bustamante refirió: “China ha comprendido nuestra regulación en materia pesquera, y es consciente de nuestro trabajo en materia de sustentabilidad de los recursos, demostrando una concreta voluntad de constituirse en un socio comercial de importancia para el sector pesquero de nuestro país”.
Otra reunión entre autoridades de ambos países fue la celebrada entre el Subsecretario de Pesca y el Vicealcalde de la ciudad de Shanghai, “en la cual se analizaron cuestiones relacionadas con la realización de obras de infraestructura portuaria, la necesidad de estrechar los vínculos comerciales entre ambos países y acordar proyectos comunes de inversión en la Argentina”.
Algunos especialistas que no ven con optimismo la profundización de las relaciones, consideran que las inversiones en infraestructura, al igual que ocurrió en países de África o Medio Oriente, generan esperanza pero en realidad no son más que una apuesta de la potencia para abaratar los costos logísticos y de transporte de las materias primas, energía y minerales que necesita su país.
Bustamante se ha mostrado confiado en la aceptación de las reglas internas por parte de las empresas y del gobierno chino. Si ello ocurriera no solo sería muy auspicioso para la Argentina sino todo un milagro, dado que hasta el momento no parece haberlo logrado ninguno de los países de los que China se sirve para alimentar las necesidades del gran dragón.
Fuente: Revista Pesca