Por: José Luis Ponsico (*) – La eliminación de River en el Monumental, empate en cero con Vélez Sarsfield, lo dejó al equipo del técnico uruguayo Alexander Medina, popular «Cacique», clasificado y al «team» de Marcelo Gallardo afuera, luego de 180 minutos. Pintó como hazaña.
Aunque «el jugador del partido» resultó el VAR. Esto es, Video, Asistencia al Referí, el sistema tecnológico que costó una fortuna a la AFA. funciona en el predio de Ezeiza y por indicación de CONMEBOL tuvo jueces brasileños en River-Vélez. Ahora, la sospecha.
En 1980, cancha de Independiente, desempate, la «V azulada», con gol de Osvaldo Damiano, había eliminado a River que tenía cinco de la selección (Mundial ´78: Fillol, Passarella, Tarantini, Norberto Alonso y Oscar Oríz). También había llegado «Milonguita» Heredia.
Casi, casi, como ahora. River con dos equipos virtuales, cinco refuerzos llegados hace cuatro meses; el torneo de AFA ganado el año pasado. Luego la final también ganada a Colón de Santa Fe, antes con llegada de otros cinco refuerzos. A todas luces, favorito.
«En el verde césped, juegan once con once», decía el legendario Ángel Labruna. «Los de afuera son de palo», en referencia a la tribuna cuando River debía ir a «La Bombonera». Arenga que todo indica repitió Marcelo Gallardo en su ciclo exitoso.
Pero el tema es otro: si el VAR tan polémico en éstos tiempos, desde la tecnología mejora y hasta corrige las faltas en el juego o al cabo de tantas discusiones «llegó a la Argentina para ´matar´ al fútbol, su juego, el arte y hasta la pasión», como se recoge éstos días.
Andrés Soto, periodista marplatense que recorrió redacciones desde la Editorial Perfil por distintos países del Cono Sur -anduvo por Brasil, Chile, desde el barrio de Huracán-, con una rica trayectoria de editor, instó: «¿Qué pensaría Dante Panzeri de todo esto?».
Ejercicio difícil, pero desafío al fin. Panzeri llegó a la revista «El Gráfico» en 1943 con 21 años, llevado por el notable Enrique García, apodado «El Chueco», dueño de habilidad infinita, bautizado «El poeta de la zurda».
El «crack» de Racing con pasado en Rosario Central tenía simpatía por el bisoño cronista llegado de San Francisco, Córdoba, nacido en Las Varillas, localidad con apenas 1.500 habitantes cuando Dante llegó al mundo.
El «Chueco» lo presentó y a los jefes ilustres, Ricardo Lorenzo, magistral «Borocotó» y el genial Félix Daniel Frascara, les dijo: «Cuiden a éste pibe, va a llegar muy lejos». Con el tiempo «Frascarita» decía poco antes que Panzeri llegara a la Dirección, en el 58.
«Cuando ingresa Dante en «El Gráfico» tiemblan las paredes. Tildado por entonces de «valiente, honesto, rebelde, frontal, irreverente, fiscal indomable, confrontantivo y muy inconformista siempre». Todo esto, sus propios colegas.
En el ´58 Panzeri escribió una de sus notas memorables. En el «Viejo Fortín» de Villa Luro, cancha de Vélez Sarsfield, murió un hincha, Mario Linker, 21 años, por represión policial. Pleno gobierno de Arturo Frondizi. La Policía Federal estrenaba «pistolas lanza-gases».
Ganaba Vélez uno a cero. Faltaban cinco minutos. El arquero de la V, Roque Marrapodi, hacía tiempo para sacar. La hinchada visitante arrojó un cascote -luego se supo, de barro- que dió en la espalda. El ex Ferro se tiró al piso y el partido suspendido.
La gente de River detrás del alambrado olímpico, descontando que Marrapodi disimulaba produjo un escándalo. Ingresó la Policía con pistolas lanza-gases. El joven infortunado no era hincha de River como investigó Amílcar Romero en su libro «Muerte en la cancha».
Linker había ido a acompañar a su amigo del barrio y el colegio que le pidió ir a Vélez. «No quería ir solo», escribió Romero que investigó una veintena de crímenes absurdos en los ´80, plena dictadura. La bala de metal impactó en la cabeza del pibe Linker.
Panzeri en su editorial hace casi 65 años aludió: «Al fútbol que estaban ´matando´ la falta de capacidad y honradez de muchos dirigentes -pegaba, viejas cuestiones en San Francisco al «Puma» Alberto J. Armando- escasa decencia en general y ausencia de wines», se lee.
En la primavera del ´58 ejercía feroz crítica a la corrupción en el fútbol. Supuestos partidos «arreglados» -por esa razón fueron contratados ocho árbitros ingleses en los albores de los ´50- las llamadas «manos negras» en el fútbol argentino.
Discurría sobre «mucha gente que vive del fútbol, sin haber jugado ni siquiera en su barrio siendo pibe; algunos de ellos enriquecidos en tanto muere gente, como el «caso Linker» por violencia policial. Entonces, se vive y se muere por el fútbol» , escribió Panzeri.
Y no había ocurrido lo peor que trajo la dictadura con «muerte en la cancha», recopilación de Romero. En el tiempo que nos toca las opiniones están divididas. Dante, memorioso, quizá no hubiera obviado cuando el VAR benefició a River, el penal en Porto Alegre. Copa 2018.
Ganaba Gremio y faltaban 15 ST. Empató el colombiano Rafael Borré, gol con la nuca como el del uruguayo Hugo Romeo Guerra a River en «La Bombonera», primavera ´96, cuando con el ingreso de Ignacio Scocco la ofensiva riverplatense fue mayor.
Una volea del nacido en Hughes, al borde del área dió en el brazo del defensor Bressán. Nadie reclamó. Todo tan rápido que parecía que podía haber dado en el hombro o en la cara. River no reclamó.
El árbitro uruguayo Andrés Cunha recibió llamado del VAR. Su colega Leodán González -imposible olvidar el nombre, connotación con el cantante romántico santiagueño, años ´60 Leo Dan- que le hizo ver el video.
El recuerdo remite al ex futbolista, Diego Fernando Latorre, ahora eximio comentarista: «A bueno, brazos abiertos», dijo el popular «Gambetita» en plena transmisión. «Entonces, es penal», selló el ex goleador de Boca, los ’90. Luego descalificado por los boquenses.
Latorre hace un cuarto de siglo estando Héctor «Bambino» Veira como DT dijo: «Boca es un cabaret». No lo perdonaron. Se tuvo que ir a Racing. Volviendo a Gremio tampoco Brasil perdonó al VAR utilizado por árbitros uruguayos.
Panzeri, con VAR de aliado de unos en detrimento de otros, hubiera dicho: «El que a hierro mata a hierro muere». En el partido Gremio-River la mano de Bressán clara. El brazo abierto, ventaja de juego. Un remate fuerte al borde del área, posible riesgo de gol.
Ahora, brazo extendido de Matías Suárez no daba sensación que el delantero cordobés destacado en Anderlech de Bélgica, en su momento, no hubiera alcanzado intención de una ventaja. Quiso cabecear y dejó el brazo extendido. El árbitro Tobar convalidó.
El llamado del VAR llegó de un colega brasileño de Tobar: «Fijate -según escuchas- hubo mano del delantero», lo que Latorre calificó «aguja en el pajar», River «pagando» con Palmeiras hace dos años. Gol anulado a Gonzalo Montiel. Offside previo casi invisible de Rafael Borré.
CONMEBOL siempre tuvo más que ver con el fútbol brasileño que con el argentino. El pope paraguayo Alejandro Domínguez no se equivoca: Brasil cuatro veces más de población y dos veces la economía. Nunca imaginó el «Maracanazo» de Argentina, 2021, Copa América.
Dicen los abogados: «La mitad de la biblioteca apunta para un lado, otra mitad de los libros del Derecho para el lado contrario». En el periodismo vernáculo dos formadores de opinión en veredas opuestas: Horacio Pagani contra el VAR y Walter Vargas a favor.
Un debate abierto. Ya hay «heridos» desde hace algo más de un año: Boca no perdonó las dos derrotas contra Atlético Mineiro, 2021, instancias de Cuartos en Copa Libertadores. El VAR quizá influencia CONMEBOL «brasileña». Escándalo. La mitad del plantel sancionado.
Más cerca en el tiempo Independiente-Tigre, en Avellaneda. Faltaba poco. Ganaba el «Rojo». Centro desde la izquierda para Mateo Retegui. Choca en el salto con Damián Barreto, defensor rival. La pelota da en la mano accidentalmente en Barreto. VAR y penal. Empate.
Tigre, minuto 91, alcanzó la igualdad que parecía imposible. En Independiente todavía insultan al VAR, a la CONMEBOL, a la tecnología. Ese fin de semana ocurrió otra del VAR: Racing no podía con Platense en Vicente López. Empate clavado.
En el final un centro para Enzo Copetti, gira el «Tanque» de la Academia con el defensor colombiano «calamar» Kevin Andrade, encima. El ex América de Cali, que llegó con 22 años y alguna inexperiencia, un brazo (el izquierdo) algo abierto. No quiso cometer infracción.
El remate mordida del 9 ex Rafaela dió en el brazo. Hubo VAR y penal para otro colombiano Edwin Cardona, gol y mejorando al menos esa tarde su relación con el mundo Racing. Ganó la Academia. En Platense todavía existen quejas con la tecnología.
Si Panzeri viviera es la pregunta. Si su prédica era a favor del fútbol juego. Si detestaba aquellos que anteponían la táctica antes de la habilidad y la impronta del jugador. Si no quería injusticias. Si estaba en contra de la corrupción de las dirigencias.
Quizá el VAR llegó para no quedarse. La consulta quita emoción al trámite. Pasan hasta cuatro minutos con el árbitro escuchando el informe. A veces cuando van a la pantalla el tiempo cambia todo. El abrazo emocionado del hincha se transforma en una frustración.
En el mar de opiniones es posible que el propio Dante, agudo analista, hasta hubiera dicho: «En medio de tanta polémica, ¿dónde quedó la autoridad del árbitro, si dirigen tipos que nadie los vé, a 10 kilómetros de distancia?». Tecnología «mata» juego. Una posibilidad.
«Nunca es triste la verdad; lo que no tiene es remedio», Joan Manuel Serrat, Barcelona, 1971.
Final abierto.
(*) Columnista de La Señal Medios, Libre Expresión, Mundo Amateur y Agencia Nacional y Popular.