La vida ostentosa del ex jugador, acompañado en sus andanzas por Victor Hugo Morales, en medio de la crisis económica venezolana despierta críticas y furia.
Una nota publicada en el diariol venezolano El Universal da cuenta de las andanzas de Diego en caracas y del sobrenombre que la gente le ha puesto debido al aumento de peso que ha mostrado últimamente. El «Pibe Chuleta», siempre acompañado de su inseparable novia y del no menos integrado Victor Hugo Morales, parece no privarse de nada.
Y bueno…total en Venezuela todo anda de maravillas.
«Lo que comenzó cuando el mundial de fútbol el año pasado en Rio de Janeiro es hoy otro de los negocios firmes y con muy buena remuneración de quien hace 29 años fuera la estrella del mundial México 86 y que en el transcurso del tiempo ha pasado por ser drogadicto, maltratador, exhibicionista, pateador de pelotas, peleón y sobre todo hincha ferviente de H.Chávez y de F.Castro. Ambos nombres en llamativos tatuajes que despliega cuando quiere en su regordete cuerpito.
Le debe hasta el modo de andar al difunto caudillo militar a quien por cierto visitó la semana pasada en el Cuartel de la Montaña para rendirle sus respetos, acompañado del periodista uruguayo Víctor Hugo Morales con quien disfruta de un abultado contrato millonario en dólares -fuertes y libres- moneda hoy cuasi prohibida, escasa y costosísima para los venezolanos de a pie.
Con el uruguayo y bajo el patrocinio de Tele$ur conduce «De zurda», referido a la fiesta del fútbol. Maradona pasa unos días en Caracas, a cuerpo de rey, hospedado en el Tamanaco en Baruta, mucho más lujoso que el Alba Caracas que suelen utilizar los visitantes del régimen, donde todos sus gastos los absorbe el régimen en medio de la peor crisis económica de la historia reciente.
Para el argentino Pibe Chuleta, castrista, chavista, kirchnerista, evista, correista, orteguista y capitalista no le da lo mismo consumir una gaseosa, agua mineral, vino o un escocés.
Sus gustos refinados con los años lo llevan a saborear los mejores champañas del mundo. Y como el gobierno de Maduro paga todo lo que el deseé, mientras sea su invitado en Caracas, descubrimos que el jueves 26 se le antojó pedir una Moet&Chandon cuyo costo, con su propina rojita de Bs.200 (también pagada por todos los venezolanos) ascendió a Bs. 75.226,88 (N.de R: al cambio oficial unos U$S 11.000).
Si antes disfrutó de las mieles de Chávez hoy sigue endulzado con las más bien «hieles», de Nicolás.
¡Que se frieguen los pobres criollitos! Para el que no lo crea la factura está en www.runrun.es…»