¿Es lógico que el Papa envíe un mail privado a un amigo y su contenido se haga público generando un choque diplomático?. El riesgo de «argentinizar» el Vaticano.
No vale siquiera la pena buscar un sólo antecedente de un pontífice que haya tenido que explicar tantas veces lo que dijo y lo que quiso decir. En ese aspecto es innegable que Francisco (Bergoglio) ha argentinizado la política vaticana hasta niveles difíciles de suponer un par de años atrás.
Y en ese sentido su amigo Gustavo Vera no ha colaborado mucho. Su tendencia a hacer públicas las opiniones privadas del Papa nos llevan a pensar que tal vez el ex Arzobispo de Buenos Aires no ha llegado a tomar conciencia acabada de la responsabilidad universal de su nuevo magisterio y la conveniencia de guardarse para sí algunos comentarios o pensamientos.
La Cancillería mexicana convocó al nuncio y le expresó «la tristeza» del gobierno de Enrique Peña Nieto porque el pontífice dijo que habló del avance del narcotráfico con obispos mexicanos y aseguró que «la cosa es de terror».
«Estuve hablando con algunos obispos mexicanos y la cosa es de terror», le escribió por mail Francisco al titular de La Alameda, Gustavo Vera.
La frase del Papa recorrió el mundo y, aunque no generó reacciones en el gobierno argentino, cayó mal en México.
Según informó la BBC, el secretario de Relaciones Exteriores de ese país, José Antonio Meade, le expresó al nuncio apostólico en México, Christopher Pierre, la «tristeza y preocupación» del gobierno de Enrique Peña Nieto por el comentario de Francisco.
La semana pasada, los obispos mexicanos difundieron un durísimo documento, titulado «¡Alto a los corruptos!», en el que reclamaban al gobierno local y a los partidos políticos «un decidido y eficaz compromiso en la lucha contra la corrupción, que provoca innumerables males y pone en riesgo la confianza, valor fundamental para una convivencia pacífica y para el progreso».