La última bola de la noche

Ya sobre la hora de comienzo de la marcha desde el gobierno se intentan medidas desesperadas para tratar de debilitarla. Si no fuese trágico sería para reírse.

Los delirios de Cristina creyendo que una cadena nacional reinaugurando la varias veces reinagurada Atucha serviría para convertir el país en una fiesta de amor a su persona.

Las presiones de Di Tullio y Conti sobre el fiscal Pollicita.

El senador Picchetto (a) El novio Ausente, pretendiendo canjear a D’Elía por una sonrisa ciudadana.

El patético senadro misionero Salvador Cabral, del bloque oficialista, que aseguró que existía una relación homosexual entre el fiscal y Diego Lagomarsino, y que este lo asesinó al descubrirlo con un amante.

La comunicación del Ministerio Público a los fiscales ordenándoles convertirse en custodios-garantes de la marcha y «buchones» de sus propios compañeros.

Todo es válido por estas horas para un gobierno que recién ahora parece haber tomado debida conciencia de lo que está ocurriendo en el país.

¿Un buen consejo?…tal vez le convendría pensar un poco más en mañana.

Hoy ya está jugado.