Las playas públicas y un protocolo que desconoce curros, mafias y avivadas

RedacciónLas medidas sanitarias dispuestas por el gobierno presentan, en el caso de una ciudad como la nuestra, algunas dudas que deberán ser resueltas con rapidez y claridad.

La guía para la gestión de playas públicas está dirigida a «los municipios del territorio nacional que cuenten con espacios públicos como playas de mar, río, lago, lagunas, arroyos u otra».

En relación a la infraestructura e instalaciones, se debe garantizar el distanciamiento social obligatorio acorde a la legislación vigente.

Sostiene el documento difundido hoy que se podrán utilizar «líneas demarcatorias que delimiten los espacios para asegurar el cumplimiento de los límites de densidad de ocupación y de distancia mínima, promover una circulación en sentido único para el ingreso y egreso de la playa» sin aclarar en que consistirán esas líneas demarcatorias, lo que en el caso de Mar del Plata adquiere mayor importancia por la extensión de la superficie a cubrir no solo en aquellas playas que son de uso público en su totalidad sino en aquellos sectores de balnearios privados que están reservados al público en general.

¿Quién será responsable del cumplimiento en playas públicas?

¿Quién será responsable de esa demarcación en cada caso?, ¿quién del control de acceso y uso correcto?, ¿quién de controlar que no existan abusos ni controversias entre los usuarios de esas burbujas?. Nada de esto está por ahora resuelto y es claro que para un funcionamiento ajustado, en el caso de las playas marplatenses, deberá disponerse de más de un centenar de nuevos agentes para cubrir esas tareas.

Sin olvidar que no deberá contarse con los guardavidas, a quienes no puede distraerse en otra actividad que no sea la específica de su profesión.

Se recomienda que el municipio establezca los mecanismos necesarios para que las personas dispongan sus objetos personales (toallas, reposeras y otros) y permanezcan en la playa pública respetando el distanciamiento interpersonal de seguridad establecido. También se sugiere proveer espacios adecuados para la higiene de manos.

«En aquellas playas que cuenten con unidades de sombra disponibles al público, se recomienda distribuirlas respetando la distancia social obligatoria, controlar que carpas y sombrillas de las y los turistas, así como la zona de circulación entre cada una de ellas se ubiquen de manera tal que respeten la distancia social mínima de seguridad vigente» dice el documento emanado del gobierno nacional.

Las aglomeraciones por los artistas callejeros…¿estarán permitidas?

Aquí surge una cuestión aleatoria y no menos grave y que es la de aquellas autorizaciones -nunca muy claras y bajo un fuerte cuestionamiento- que el municipio ha dado a articulares para alquilar  sombrillas y otros elementos en varias playas públicas del centro de la ciudad. En muchos casos esos «concesionarios» se han sentido con derecho a correr del lugar a quienes concurren con sus propio equipamiento, violando de esa manera el carácter de espacio de uso libre de los balnearios.

¿Qué control se realizará de aquí en más?, ¿se dejarán estas playas al arbitrio de particulares que de esa forma se convertirían -sin sustento legal ni responsabilidad alguna- en custodios de los protocolos de seguridad?, ¿quién responderá ante cualquier violación de las normas sanitarias y quién protegerá a los particulares que quieran concurrir a las playas públicas de la ciudad?.

Párrafo aparte para dos temas de los que nadie habla hasta el momento y que requieren un urgente tratamiento: la feria popular en la playa del mismo nombre y la actuación de artistas callejeros en la rambla de la Bristol.

En ambos casos la concentración de personas transgrede todas las medidas de distanciamiento obligatorio vigentes y suponen un alto riesgo de contagio para quienes ocupan los espacios que demandan ambas actividades.

La feria de la Bristol y la necesidad de cuidar la salud de todos y no el negocio de algunos

¿Estarán permitidas?, ¿se atreverá el estado a prohibirlas pese a la capacidad de lobby de los artistas y las habituales respuestas violentas de las mafias que manejan la venta ambulante en la ciudad?…¿esperarán la provincia y el municipio que arranque la temporada y que explote el problema para poner manos a la obra?.

Por ahora todo es silencio y el sector siegue siendo tierra de nadie…

«Los servicios turísticos en playas públicas, ya sean gestionados por el municipio o concesionados, deberán ser brindados en cumplimiento de los protocolos nacionales, provinciales y/o municipales vigentes correspondientes a cada actividad» dice la norma. Que seguramente fue escrita por funcionarios que no conocen la realidad de las playas públicas marplatenses en las que desde hace décadas reina el descontrol, la corrupción y los negociados de grupos bien identificados que aparecen vinculados, como siempre, a la peor cara de la política, sus punteros y su mano de obra esclava.

Pero que ahora puede estallar en contagios masivos que terminen afectando el futuro de todos los marplatenses y de quienes nos visitan.

Cosas de un estado que vive mirando para otro lado…