Las promesas de campaña deberán esperar un año más

Otra vez «la herencia recibida». Desde las carpas de Arroyo anuncian que poco y nada se va a poder hacer el primer año por el etado de las cuentas municipales. ¿No era que Vidal iba a mandar el dinero?.

En campaña criticar y prometer son dos tentaciones que los políticos parecen no poder evitar. Pero al día siguiente la dura realidad los pone, invariablemente, frente a otras dos cuestiones:

1- Echar mano a «la herencia recibida» para justificar lo que se prometió sabiendo que no se iba a poder cumplir.

2- Tirar para adelante lo que se había anunciado para «el primer día de gestión».

El coordinador de Campaña de Cambiemos, Emiliano Giri, adelantó que la transición de gobierno se está haciendo de manera ordenada pero aclaró que “es alarmante el estado económico y financiero que nos deja la actual gestión”.

“Entre el déficit y la deuda consolidada, más el descubierto, nos vamos a encontrar al momento de asumir con unos mil quinientos millones de pesos abajo”, dijo, e indicó que “2016 será un año de ordenamiento”.

Además, confirmó que estará a cargo de las áreas de Turismo, Deporte y Cultura y que “esta temporada funcionarán igual para evitar cambios precipitados”.

En este marco, Giri explicó que “entre otras cosas, el Municipio tiene deudas con proveedores por unos 350 millones de pesos, un déficit de 650 millones, más los cheques diferidos en más de 40 millones de pesos. Es decir, el cuadro económico que nos dejan es el peor en la historia reciente de Mar del Plata, y además, de manera irresponsable se confirmaron nuevos cargos llegando al total de 13 mil empleados aproximadamente”.

Y añadió que “El déficit en 2016 va a seguir existiendo porque no podemos ir hacia un esquema de recortes. Eso ya lo vivimos y no trajo buenos resultados. Vamos a modificar el Código de Publicidad y a mejorar el índice de cobros, entre otras cosas, para cambiar esta realidad. El próximo año será de transición y el siguiente empezaremos a ver los resultados”.

Nada que no hayamos escuchado en ocasiones anteriores en las que llegaban «los que todo lo iban a cambiar»...y al final nada cambiaba.