Crítico con quienes buscan posicionarse en forma personal y mostrando su peso en el contexto internacional el ex ministro ya no oculta que quiere se el candidato de un gran armado opositor.
No oculta que el FMI quiere reunirse con él para hablar del futuro de la economía argentina y tampoco se esfuerza por evitar que un comentario dejado al pasar se interprete como una crítica a quien hasta ayer era su compañero de ruta y hoy parece cada vez más distante y que no es otro que Sergio Massa.
El líder del Frente Renovador no se ha expresado con demasiado entusiasmo sobre la candidatura de Lavagna. Y justamente el ex titular de Economía, refiriéndose a quienes desestiman su posible postulación, sostiene que «muchos de los que hoy hablan en política parecieran no tener un gran contacto con lo que la sociedad piensa, pero tienen derecho a opinar».
«Desde el FMI me llamaron para coordinar una reunión, con el objetivo de que dé mi visión sobre la marcha de la economía argentina. Hubo una primera exploración por parte del Fondo Monetario Internacional para un pedido de reunión; si prosigue, veremos«, reveló. Es claro que el hombre quiere marcar la distancia que en materia de prestigio internacional existe entre él y sus posibles oponentes y críticos.
Y da a entender, sin mucha duda al respecto, que se ve a sí mismo como el candidato de un gran acuerdo opositor. «No soy tan pesimista sobre la posibilidad de lograr acuerdos, en 2002 salimos del pozo porque se lograron consensos básicos muy importantes».
«Hoy los consensos son viables y es inevitable por lo menos hacer el intento. Hay que convocar a sectores del radicalismo, del socialismo, del peronismo, y partidos provinciales. Me reuní con Lifschitz y con muchos de esos espacios mantengo diálogo», aseguró.
Roberto Lavagna está dispuesto a jugar, siempre y cuando el conjunto acepte sus reglas para hacerlo, y ya no tiene dudas al momento de hacerlo saber.