Licencias de conducir: ¿otra vez la burra al trigo?

La denuncia de un ciudadano que afirma que en el área le pidieron dinero para resolver una traba en el trámite nos hace preguntar acerca de la continuidad de algunas costumbres.

Néstor M. es un ciudadano marplatense de 74 años. Como todos los años fue a renovar su licencia de conducir y se encontró con que el polarizado de los vidrios de se auto eran un impedimento para otorgárselo y que con ese vehículo no podía rendir el exámen práctico que se le solicitaba.

Pero de golpe apareció la solución: quienes tenían que llevar adelante la prueba le informaron que previa «gentileza» de $ 300 el tema quedaba resuelto.

Abonada la «colaboración» -las coimas del estado terminan siempre convirtiendo al ciudadano necesitado de una prestación en víctima-victimario de la corrupción- se le proveyó en el lugar de un vehículo «ad hoc» en el que rindió su exámen y se fue a su casa.

¿No era que la corrupción había desaparecido del área Licencias de Conducir?. ¿No era Juan Carlos Belmonte un monstruo criminal que había montado una organización delictiva que el ágil accionar de la justicia logró desbaratar de la faz de la tierra?.

Parece que no. El fantasma del curro sigue dando vueltas con total impunidad en esa oficina.

¿Y si blanqueamos la situación y ponemos una máquina expendedora de licencias con un cospel de precio a determinar?. Porque parece que las «colaboraciones» para destrabar trámites sigue al orden del día.

¿Otra vez la burra al trigo?…