Lo que los políticos argentinos se empecinan en olvidar o desconocer

Por Adrián FreijoSi bien es cierto que los referentes políticos de Mar del Plata dependen de decisiones nacionales para armar sus propuestas, parecen olvidar que la democracia es cualitativa salvo el día del  comicio: ahí es cuantitativa.

La democracia es cualitativa o no es democracia. Sin calidades propias de un gobierno del pueblo y para el pueblo, en el que este delibera y gobierna a través de sus representantes insertados en la expresión de la comunidad jurídicamente organizada en el estado y cumpliendo lo reglado por la Constitución Nacional y las leyes que reglamentan su ejercicio, sería cualquier cosa menos democracia.

Desde hace años el cierre de listas de cara a un comicio se ha convertido en un ajedrez en el que las piezas son las encuestas, los enojos por expectativas no cumplidas, los juegos de poder y la necesidad de ocupar espacios para mantener la política como un medio de vida. Y ya no importa lo absurdo de las alianzas, las anteriores descalificaciones cruzadas entre quienes de pronto resuelven ofrecerse juntos para administrar la cosa pública y, por supuesto, ese terreno en apariencia abandonado de manera definitiva que es el de las ideas.

Y así se multiplican por estas horas las angustias y ansiedades de quienes no tienen idea del espacio que van a ocupar y los compañeros de ruta con los que tendrán que convivir…o padecer.

Todo vale cuando se trata de sostener o conseguir el único objetivo de la vida pública nacional: el poder.

¿Puede sorprender entonces que una vez lograda la llegada al objetivo la oferta institucional sea de una calidad paupérrima y la decepción gane rápidamente el espíritu de la ciudadanía?. ¿Es que hay otro final posible para lo que rara vez pasa de ser una puesta en escena, con mensajes engañosos y sin el mínimo sustento de sinceridad?.

Por un día en el que los números mandan se incinera en la hoguera de las ambiciones todo un ciclo que debería estar pleno de la calidad democrática

Cada 730 días los argentinos votamos; y las 24 hs de la jornada comicial tiñen de la peor miseria los siguientes 729 de una acción de gobierno o representatividad a la que nadie parece prestar atención.

Y así será mientras solo importe lo cuantitativo de un comicio por sobre lo cualitativo de un sistema...hoy en retirada. Y no se entienda que una lista partidaria es parte inseparable de la calidad democrática y del compromiso del candidato con una idea y un proyecto.

Por algo la decadencia argentina es imparable y tan marcada.