LO QUE NO DEBERÍA HACER FALTA

Emiliano Giri dijo que pedirán la renuncia de todos los funcionarios políticos de la actual gestión. ¿No debería ser una obligación moral de estos el dar un paso al costado?.

“Los que vengan haciendo un trabajo justificado seguirán trabajando, pero a quienes tienen cargos políticos se les va a pedir a todos la renuncia, los cargos creados por el intendente tienen que presentar la renuncia”, dijo esta mañana en declaraciones a la radio 90.1 de nuestra ciudad Emiliano Giri -principal vocero del intendente electo Carlos Arroyo, al tiempo que recordó  que la gestión de Pulti “incorporó 250 cargos políticos”.

Cuestionaron el estado financiero del Municipio poniendo especial énfasis en  la cantidad de personal nombrado por el intendente saliente durante sus años de gestión.

Giri consideró que en materia financiera el escenario con el que se encontraron “es el peor que se podía imaginar; hay proveedores que no cobran, el dinero de las obras sociales se usó para otras cosas y tenemos un Municipio muy comprometido en lo económico”, explicó.

“Se ha duplicado la planta y sabemos que de acá al 10 de diciembre todos los días se firman nombramientos nuevos”,denunció al tiempo que sostuvo que “nosotros estamos intentando evaluar las posibilidades para reducir gastos, generar recursos nuevos que equilibren la balanza de pagos y brindarle así a los marplatenses los servicios necesarios”.

En cuanto a los cargos políticos, Giri dijo que se hará un estudio para analizar “quiénes cumplen funciones y quiénes no”.  La Municipalidad necesita “poner en valor al empleado municipal y de carrera”. “Hay empleados de carrera tendrán la posibilidad de formar parte de este gobierno porque queremos que dentro de 20 años el Municipio no necesite de iluminados, sino que con la base del empleo público siga funcionando más allá del gobierno de turno”dijo por fin, mostrando claramente por donde camina la idea de la nueva administración en lo referido a política de personal.

Las declaraciones de Giri ponen una vez más sobre el tapete una cuestión de ética pública que suele ser soslayada por los interesados: es indudable que quien ha sido nombrado por razones políticas debe abandonar su cargo apenas asumen nuevas autoridades, sobre todo si estas son de un signo político opuesto.

Esto sería lo natural y pondría luz en una actividad cada vez más cuestionada como es la de ejercer la representación de los ciudadanos.

Carlos Arroyo tiene derecho -la gente se lo dió- a iniciar su tiempo de gobierno sin condicionamientos de ningún tipo; y encontrarse con una administración plagada de cuadros políticos lo limitaría seriamente.

¿Se irán todos por propia decisión o la ciudad se verá sometida a otro escándalo?. Veremos…