(Escribe Pablo Aceto) – El temporal que azotó a nuestra ciudad en estos últimos días ha dejadoa la vista las carencias edilicias de la ciudad y dejado a un costadocomo hojarasca, las vanidades de un gobierno que ha despilfarrado recursos en asesores, en proyectos como la Terminal de Cruceros, nuevoPalacio Municipal, multiplicidad de Planes Estratégicos, etc.
Que poca relación tiene lo que hemos visto en estos días, con los
anuncios que durante todos estos años el Intendente nos vendía. La
pobreza que salió a flote en estas inundaciones, es diametralmente
opuesta a las fortunas amasadas al abrigo del Poder.
El poder mediático no pudo tapar la pobreza acumulada, el desamparo,
la debilidad de vastos sectores de nuestra población que no pudo
afrontar un evento climatológico que no fue el peor de lo que hayamos
visto antes, pero que esta vez encontró una víctima fácil, encontró
una pobreza de niveles que debería avergonzar la dignidad de todo
marplatense.
¿Cómo llegamos a esto?, mi respuesta sería que es el resultado de
políticas que se mezclan con “negocios particulares”, de seguir
pensando que la acumulación de recursos en unos pocos terminarían
derramándose sobre toda la población. Lo único que se consiguió es la
obscena imagen de pequeños sectores enriquecidos ante amplios sectores
totalmente empobrecidos.
Esta situación divide a los marplatenses, pero no en ideologías, nos
divide en categorías morales. Hoy no importa el color de la bandera,
lo que importa son los intereses que se representan y los tiempos por
venir dirán si los marplatenses supimos construir una sociedad que nos
iguale en oportunidades o si seguiremos siendo presa fácil de los
intereses de unos pocos.