Los «custodios de la soberanía» y una resbalada histórica

RedacciónSiempre tan afectos a tildar de vendepatrias a quienes piensan distinto, desde el kirchnerismo debieron reconocer que pusieron las regalías petroleras como garantía ante Pfizer.

Lejos quedó aquello de «Liberación o Dependencia» y bastante más lo de «Cristina corazón, acá tenés los pibes para la liberación».

Más bien parece haber llegado el tiempo de un nuevo lema: «Pienso como pienso y mejor me bajo el lienzo»

La secretaria legal y técnica Vilma Ibarra reconoció ante el Senado que el decreto que modificó la ley de vacunas para comprar la variante contra el Covid 19 del laboratorio Pfizer incluyó como garantías las regalías petroleras que debe cobrar la nación.

La funcionaria aceptó que la cláusula se puso como resguardo ante las dudas del laboratorio en cuanto a los alcances del fondo de reparación creado por el gobierno para liberar al proveedor de eventuales consecuencias por la aplicación de la vacuna, algo que había sido exigido por la empresa americana y que en su momento generó la «indignación nacionalista» del gobierno de Alberto Fernández que llegó a hablar de condicionamientos «inaceptables».

Según el DNU firmado por el mandatario dicho fondo se financiará con el 1.25% del valor de cada vacuna aplicada. Pero, como para el gobierno actual pareciera que la defensa de la soberanía territorial y energética es tan solo una cuestión cuantitativa, la funcionaria aclaró que lo que se había comprometido era un pedacito de regalías que cobra el Estado nacional. Algo así como sostener que los norteamericanos nos habían dejado «un poquito embarazados»...

Además la eliminación de la palabra negligencia, como causal del laboratorio para perder la indemnidad, es otro de los elementos que marcan el cambio de postura del gobierno. Según el nuevo acuerdo, aunque Pfizer cometiese algún grave error en la fabricación y entrega del medicamento y de él derivasen consecuencias negativas para la salud pública, sería el estado nacional quien debería hacerse cargo de las reparaciones e indemnizaciones que pudiesen devenir de tales circunstancias.

Pasada la fiebre libertaria -en la que se priorizaron las vacunas china y rusa que en ninguno de los dos casos han podido asegurar todo el ciclo de inoculación- la necesidad de recurrir a las producidas por el «enemigo capitalista» se convirtió en urgencia. Y esta, como siempre ocurre, en camino expedito para terminar, una vez más, entregando todo lo que nos piden…y algo más.

Esta vez les tocó a las regalías petroleras…