Los informes médicos plantean dudas sobre el final de Maradona

Redacción – Para los especialistas consultados lo que informa la autopsia no se compadece con el relato de quienes estaban cerca. «No es creíble que Diego no haya tenido tiempo de avisar» sostienen.

Todos lo repetían en voz baja hasta que Matías Morla denunció públicamente que lo ocurrido en las últimas horas de vida del «10» tenía que ser investigado ya que estaba seguro de que había pasado más de 12 horas si recibir asistencia alguna ante el riesgo de muerte. A partir de ese momento las miradas se posaron en los resultados de la autopsia y de lo allí afirmado surgieron más dudas que certezas acerca de lo que realmente había acontecido.

“Diego Armando Maradona murió por causa de una insuficiencia cardíaca que le generó un edema agudo de pulmón y le provocó una muerte súbita”. Tal el informe preliminar de la autopsia al cuerpo del ex capitán de la Selección argentina campeona del mundo en 1986.

Pocos minutos habían pasado de las 22 del miércoles 25 cuando se conocieron los primeros resultados de la necropsia realizada para determinar la causa por la que el Diez había perdido la vida. “Insuficiencia cardíaca aguda, en un paciente con una miocardiopatía dilatada, insuficiencia cardíaca congestiva crónica que generó edema agudo de pulmón”, comunicaron los investigadores de la muerte de Maradona, ocurrida el mediodía de ayer.

“Lo que dice el informe es que encontraron rastros en el corazón compatibles con una debilidad cardiaca crónica cuya causa no está aclarada: no se establece si es porque tuvo infartos, si está asociada al consumo de sustancias nocivas como la cocaína o el alcohol”. El médico cardiólogo Juan Pablo Costabel (MN 119.403) señaló que “probablemente vieron un corazón más grande de lo que debiera ser con las paredes más finas de lo que debiera tener”.

Pero lo más inquietante de la explicación médica resulta de la afirmación de un facultativo que sostiene que  “es un proceso que lleva un tiempo hasta provocar la muerte del paciente, puede transcurrir una hora hasta que el paciente se descompensa, no es tan súbito como cuando el paciente tiene un infarto o una arritmia, que pueden descompensar y hacer entrar en paro en cuestión de minutos; una insuficiencia lleva un poco más de tiempo”, apuntó Costabel, para quien “lo que es llamativo es que un paciente que tiene un infarto y entra en paro tiene poco tiempo para avisar que se siente mal, mientras que un paciente que entra en edema agudo de pulmón no puede estar ajeno a la sensación de falta de aire, que es rápidamente progresiva”.