Los turistas agradecidos por el «recibimiento» de Mar del Plata

RedacciónLas calles pobladas de basura, sucias y abandonadas; las plazas pobladas de carromatos de todo tipo, las esquinas adueñadas por la marginalidad. ¿Una postal definitiva?.

La esquina de Peatonal y San Luis, entrada principal al pase que fuera tradición en Mar del plata, amanece con una pila de basura que crecerá hora a hora. La foto principal de esta nota, tomada en la mañana del domingo, seguramente quedará desactualizada al momento de ser leída por cualquiera de los habituales visitantes de LIBRE EXPRESIÓN.

Banco nación: la esquina convertida en basural

Pocos metros más adelante las puertas del Banco de la Nación se han convertido en un nuevo predio de disposición final de residuos. Y así en cada esquina del centro de la ciudad y en cada barrio de una Mar del Plata ya harta de estos chantajes.

Esta es la bienvenida que recibe quien tuvo la mala idea de visitar Mar del Plata durante este fin de semana largo y se encontró con un paro irracional de los recolectores de residuos que, más allá de la justicia de su reclamo, se convierten en actores de reparto de la batalla de los Moyano con el gobierno para evitar un destino cada vez más nítido de rejas.

Una vez más el mensaje de una sociedad dividida e individualista, en la que nada importa el objetivo común, queda al alcance de la mano. ¿No es también Mar del Plata la ciudad de quienes protestan dejándola tapada de basura?, ¿no es importante para ellos colaborar para frenar su decadencia y dejar atrás el hartazgo que los visitantes comienzan a expresar por llegar siempre a un lugar en conflicto permanente?.

Si hasta Perón mira como sus «seguidores» no son capaces de limpiar su chorreada cabeza…

Es ridículo escuchar a los mismos que destruyen su propio entorno, y el de sus hijos, hablar de derechos, de comunidad organizada y de la grandeza de la Patria. Para ellos, y para la mayoría de los argentinos, ese territorio termina en el que pueden abarcar con sus propios pies. ¿Más allá?…que se arreglen como puedan.

Si hasta el busto de Perón, cuyo nombre no se cansan de esgrimir como termómetro del patriotismo, amaneció enchastrado por las palomas sin que ninguno de sus seguidores se tomase el trabajo de limpiar su manchada cabeza. Toda una imagen de esta realidad mentirosa en la que todos juramos adhesiones y lealtades que esconden una absoluta indiferencia por el destino común.

Mientras tanto las autoridades se «pasan la pelota» acusándose unos a otros de ser responsables del entuerto. Y el ciudadano observa como, una vez más, está en el medio de ineptitudes, vanidades y pretextos.

Que quiere que le diga…si yo tuviese que elegir, dificilmente vacacionaría en Mar del Plata. Acá tratamos muy mal al visitante…