Malcorra puso en práctica el nuevo tiempo e invitó a antecesores

La canciller mantuvo una reunión con seis de sus antecesores en el ministerio. Estuvieron Domingo Cavallo, Carlos Ruckauf y los kirchneristas Rafael Bielsa y Jorge Taiana. Faltó Timerman.

La canciller Susana Malcorra se reunió hoy con seis de sus antecesores en el Ministerio de Relaciones Exteriores, entre ellos, Domingo Cavallo y Carlos Ruckauf, para «escuchar sus puntos de vista», aunque quien no concurrió al convite fue el ministro saliente Héctor Timerman.

«Invité a todos los ex cancilleres. Fue un almuerzo sumamente rico. Pudimos escuchar todos los puntos de vista, me dieron algunas recomendaciones», relató Malcorra, durante un contacto con un grupo de medios.

Entre los presentes asistieron los ex cancilleres Susana Ruiz Cerruti (Raúl Alfonsin), Domingo Cavallo (Carlos Menem), Adalberto Rodríguez Giavarini (Fernando de la Rúa), Carlos Ruckauf (Eduardo Duhalde), Rafael Biela y Jorge Taiana (Néstor Kirchner).

En tanto Dante Caputo (Alfonsin) y Héctor Timerman (Cristina Fernández) declinaron la invitación.

«Todos los ex cancilleres sostuvieron que la defensa activa de los derechos humanos ha sido una impronta de la Argentina y como tal que el Presidente la mantuviera y que tuviera un rol catalítico en la declaración respecto de los derechos humanos «, indicó Malcorra.

La funcionaria destacó por parte de los seis ex cancilleres «un reconocimiento muy fuerte a la posición del Presidente en cuanto a derechos humanos, con reconocimiento eso ha sido central en la línea de la Argentina, por lo que siempre es bueno mantenerlo y reforzarlo».

«Hablamos de múltiples temas con una franqueza y una diversidad de perspectivas, todas con el sentido de colaborar. Fue muy interesante porque aparentemente esto era una costumbre que supo haber y se había perdido, entonces estaban todos contentos de volver a encontrarse», precisó la Canciller.

Además, definió el encuentro como «sumamente enriquecedor», e enfatizó: «Es sumamente interesante tenerlos alrededor de la mesa y darse cuenta de que la perspectiva de fondo en los temas de relaciones exteriores no son tan disímiles a pesar de que tienen distintas extracciones políticas, lo cual refuerza que las relaciones exteriores son una política de Estado».

«Más allá de alguna sutileza que puede haber en alguna cuestión u otra, en el fondo (la política exterior) no debiera tener grandes cimbronazos por cambios políticos porque el posicionamiento de la Argentina en el mundo debiera estar privilegiado por los grandes objetivos de la Argentina», concluyó.