Por José Luis Ponsico (*) – El poderoso jeque árabe, Mansour bin Al Mahayan, 51 años, nacido en Abu Dhabi, hace 14 años, invirtió 250 millones de euros en Manchester City, fútbol inglés.
Los capitales de Emiratos Árabes compraron acciones también de la Mercedes Benz, Alemania. Igual, la fortuna del jeque, a cargo del mayor «lobby» petrolero árabe, supera los 20 mil millones de euros.
En 2008, hizo la inversión, al tiempo incorporó a Josep Guardiola, el más ganador en la historia del Barcelona Fútbol Club. Los 16 títulos, tiempos de «Pep», impactaban. Manchester City ganó una decena de torneos locales, pero lleva ahora diez ediciones intentando Champions League.
El fin de semana que pasó el City goleó en la Liga inglesa. Pero el dolor sigue siendo grande.
El jeque, dueño del club, en todo el tiempo transcurrido lleva invertidos algo así como 1.568 millones de euros, según los informes del periodismo británico que, ahora, tras la eliminación del City a manos del Real Madrid, hacen leña del árbol caído. Nunca antes un club había gastado tanto. El plantel más caro de la historia.
La mayor fortuna que haya visto el fútbol en toda su historia. Desde que los ingleses patearon la primera pelota allá por 1863 según historiadores y académicos. El mundo árabe ahora tendrá su Mundial en Qatar, nov´2022, a un costo muy alto. A estar por los informes que se aglutinan en Gran Bretaña.
En Arabia Saudita existe pobreza. País rico, mucha gente careciente, más del 40% en medio del descomunal gasto para organizar el Mundial, Qatar, noviembre de este año. Polémica por los miles de obreros contratados de distintos países, se alude a Pakistán, Nepal, Bangladesh, la India. Según «The Guardián» británico desde hace cuatro años, hubo 6.500 muertos. El tema lo «tapan» en Qatar.
Los contrastes del mundo árabe, volviendo al City, Guardiola ahora trata de reponerse de su mayor frustración: Real Madrid descontó en el minuto 89; el juvenil Rodrygo, atacante letal brasileño- hubo 6 minutos de alargue y en el segundo minuto, otra vez el velocísimo delantero ante un gran centro de Carvajal, defensor con oficio, llegó el empate. Un baldazo de agua fría para el popular «Pep».
En el alargue otro juvenil, el zurdo Eduardo Camavinga, hijo de africanos, Angola, nacido en Francia hace 19 años, hizo el resto. Un «crack». Todo indica que será una de las figuras en el Mundial que se avecina. Guardiola, ahora, trata de dormir y tras unas vacaciones, armar el futuro del City. Su contrato está vigente y el crédito también. En julio estará llegando el pibe Julián Alvarez, «estrella» de River.
El dilema para el ponderado «Pep» si el City debe seguir gastando fortunas. La última incorporación, el veloz inglés Jack Grealish, ex Aston Villa, 117 millones de euros. Estuvo 70 minutos en el banco de suplentes. Hizo «estragos» por izquierda, situaciones salvadas por el belga Thibaut Courtois y el francés Ferland Mendy, hijo de senegaleses.
En seis años, el emir Mansour bin Al Mahayan incorporó una veintena de notables. Desde los tiempos del defensor argentino Nicolás Otamendi por 44.500 000 de euros. Un mercado aquél que tuvo otras figuras incorporadas. El mediocampista ofensivo, belga, Kevin De Bruyne, 76 millones, ex Wolfsburgo.
En el tiempo que Manchester City tenía a dos argentinos de proyección internacional, Sergio Kun Aguero y el lateral Pablo Zabaleta, dos titulares de la selección nacional dirigida por Alejandro Sabella. En el lapso inversiones que superaron 200 millones de euros.
Por entonces, Guardiola había pedido al estratega de la selección de Portugal, el zurdo Bernardo Silva que llegó para reemplazar a otro talento, el español David Silva, mismo apellido y la misma calidad. Bernardo costó 50 millones de euros. Una de las figuras en el triste final del «Santiago Bernabeu».
En un mercado costosísimo también aterrizó el moreno Raheem Sterling, delantero veloz, habilidoso, sobresaliente hijo de Jamaica superó los 85 millones de euros. Aquella ventana en las arcas del City ascendió a 310 millones de euros de inversión. Otro portugués, más reciente, llegó al club conocido «el Ciudadano»: Rubén Días, con «s», 68 millones al Benfica.
En aquéllas campañas hubo otras inversiones millonarias. El defensor español Aymeric Laporte, 68 millones de euros, en el mismo tiempo el francés Benjamín Mendy 57.500.000 y el inglés Kyle Walker, 57.700.000 de la misma moneda. El arquero brasileño Ederson, 40 millones de euros. En el mismo presupuesto alcanzado antes del último ciclo.
Cuenta la leyenda que hace algo más de 60 años exploradores británicos hicieron una experiencia en la antigua Arabia Saudita. La aventura empezó en 1958, tiempo cinematográfico donde todo lo que veía en el set remitía al desierto, los camellos y pintorescos árabes con sus atavíos. Mujeres sin rostro.
La exploración dió por resultado el llamado «Milagro de Abu Dhabi». Una región con una población que no superaba los 50 mil habitantes -la mitad de los pobladores de cualquier ciudad pequeña de la provincia de Buenos Aires, si tomamos -caso, Balcarce- el circuito serrano, en los ensayos aquéllos.
Toda Arabia mutó a partir de los 70 en paraísos ricos, jeques millonarios y mansiones fastuosas. De los camellos a las camionetas 4×4 y la colección de autos lujosos, yates, inversiones en Europa. Para empezar en el fútbol inglés -Manchester City, 2008- también en Alemania: la Mercedes Benz.
En los´70 con la crisis del petróleo y vaivenes de la OPEP. Organización de Países Exportadores de Petróleo, nacida en Bagdad, Irak, en el´62, los árabes dominaron el mundo de las empresas exportadores del «oro negro». La cuenca de Abu Dhabi, abajo, mutó en la 5ta. reserva mundial. Hace medio siglo que el mundo árabe vive el milagro.
En escasos seis minutos, entre los 90´ originales, los 6´ de descuento y la media hora del suplementario el milagro, quizá el tercero si se suman los resultados contra París Saint Germaín y Chelsea, a cargo del Real Madrid, del mundo árabe, sus inversiones, Manchester City el sueño dorado: alcanzar otra final de Champions, al cabo en una pesadilla.
Lo que Guardiola, sin duda sabe desde la épica del Barsa que dirigió: en un partido de once contra once el dinero no siempre alcanza. El héroe de la Resistencia francesa, Charles De Gaulle, lo definía en un recordado discurso de la Francia del¨58.
«Con la lógica se sobrevive, con la pasión se triunfa», algo que el «Pep» supo siempre. Ahora espera ganar la Liga inglesa y que llegue la nueva «estrella» del fútbol europeo, el goleador noruego Erling Haaland, 21 años. Un rubio que parece copia del «Matador» Mario Kempes, 45 años más tarde.
(*) Columnista de La Señal Medios, Libre Expresión, Mundo Amateur y Agencia Nacional y Popular