Por: José Luis Ponsico (*) – El atleta que acaba de ganar el Premio Lobo de mar de Oro se inscribe en la historia grande del deporte local que reconoce antecedentes brillantes.
En 60 años el atletismo local tuvo tres notables atletas, distintas especialidades: Jorge Castillo los´50 y 60; Alberto Barceló los´70 y desde 2010, Mariano Mastromarino, consagrado Panamericanos Toronto´15. Medalla de bronce. Ahora, «Premio Lobo de Mar». El deportista local del año.
El «Flaco» Castillo, nacido en Azul, el más ganador en Salto Largo y Triple, hace algo más de medio siglo. Digno participante de certámenes internacionales. Ya no está entre nosotros. La Asociación Marplatense de Atletismo lo honra con distintas competencias que llevan su nombre y apellido.
Barceló , en cambio, «perseguido», una ironía, por el mismo nombre y apellido del «caudillo» de Avellaneda, años´30, dueño «juego» clandestino y la prostitución, al cabo resultó el mejor fondista marplatense hace treinta años.
Desde hace cinco, Mariano Mastromarino, para los Juegos Panamericanos de Toronto, julio de este año estuvo entrenando en Salta, rodeado de montañas, pensando asimilar el clima, cercanías de la Puna, vivió la experiencia «el antes y después»: casi un mes corriendo en el Norte y más tarde, medalla de bronce en Canadá
Siempre repitió: «Lo mío no es talento, en todo caso premio a la constancia», dice Mastromarino, 33 años, al tiempo que rodeado de afectos familiares, esposa Mariana y su hija Morena, recibió el tributo de un salón colmado por 450 invitados. El mejor deportista marplatense del año en lujoso «Costa Galana» frente a Playa Grande.
Mastromarino nacido en Mar del Plata recorrió en dos horas y dieciséis minutos la maratón «de su vida» en Torontó. Una medalla de bronce que la Argentina no obtenía desde los Panamericanos de Buenos Aires´51. Habían pasado 51 años. El «Premio Lobo de Mar» lo consagró el mejor deportista marplatense del año.
«Premio al esfuerzo», alcanzó a decir el atleta que llegó más lejos. Un pibe de barrio que vive el sueño de los que llegan a la fama luego de diez años de correr en silencio, apoyado por la Federación Marplatense de Atletismo, familiares y amigos.
(*) Columnista de la Agencia Télam