Marplatense varada en Punta Cana espera respuestas para volver

Sonia Fioriti no puede regresar de República Dominicana, está sin asistencia, con problemas de salud y sin saber qué va a ser de su futuro inmediato. El drama de los argentinos olvidados.

La marplatense Sonia Fioriti llegó el 15 de marzo a República Dominicana con la única intención de pasar sus vacaciones en un lugar que le habían adelantado como paradisíaco. Tiene 63 años, está sola, sufre de EPOC y, por las razones que contaremos a continuación, pasa ahora por un agravamiento de su tendencia a la depresión.

Fue pisar el lugar que había elegido para su descanso y enterarse que los hoteles dejarían de recibir huéspedes, como parte del aislamiento impuesto por la pandemia del coronavirus. Tal es así que a los cuatro días de su arribo debió abandonar su alojamiento y quedar «alojada» en el aeropuerto de Punta Cana en donde, tirada en el piso, debió dormir durante cuatro noches seguidas.

«En estos momentos muchos argentinos estamos a la deriva, con los pesos que nos quedan y sin poder tener una respuesta de alguien que nos diga que va a ser de nuestro futuro», cuenta sin poder ocultar la angustia que le provoca esta situación.

«En estas horas sale para Argentina un vuelo con personas mayores de 60 años, pero yo no estoy. Me habían dicho que iban a comunicar por mail quienes embarcaban y no he recibido ninguna notificación al respecto», nos dice. Y agrega: «Aparentemente se embarcarán todos los que tenían pasajes para esta fecha y apenas algunas personas que se encuentran en malas condiciones».

«A la embajada llamás, te atiende un contestador y no hay ninguna respuesta. Solo nos queda ir a los medios para que todo esto se haga público y podamos encontrar al menos una respuesta», continúa.

Sonia es una más de tantos argentinos que hoy penan por el mundo sin tener otra respuesta a su angustia que no sea un «pensamos en ustedes» de ocasión que sale de la boca de los gobernantes argentinos pero no se compadecen con estrategias y decisiones que sirvan para alivianar sus angustiantes situaciones.

Gente que iniciaron sus vacaciones antes de que se resolviese el aislamiento y que ahora son víctimas de las circunstancias y del abandono. Durmiendo en el piso de un aeropuerto, casi sin dinero, con sus medicamentos a punto de agotarse… y sin saber que va a ser de ella mañana.

Alguien debería darle una respuesta… a ella y a tantos otros argentinos que esperan ser escuchados.