Más ciudadanos argentinos librados a su suerte por el mundo

Julia Martín Sirito es una marplatense que, como otros miles de argentinos, se encuentra varada en Andorra dependiendo de la buena voluntad de sus autoridades y  sin saber cuando y como podrá volver a su país, a su ciudad y a su gente.

Julia Martín Sirito no es una turista -lo que de por sí no sería motivo alguno para desatender su situación- sino que se trata de una joven que hace cuatro meses llegó a ese principado con un objetivo claro: trabajar durante la temporada para conseguir un aporte económico que le permitiese seguir adelante. «No vinimos a vacacionar y mucho menos a escaparnos de la cuarentena» nos dice, consciente de la estigmatización que en estos días se ha desatado en una Argentina siempre proclive a las miradas maniqueas sobre los hechos y las personas.

«Hace cuatro semanas que nos encontramos sin trabajo y con recursos cada vez más limitados» nos cuenta. «Todos tenemos el mismo temor frente a esta pandemia que afecta al mundo entero. Pero debo destacar que se logró que el gobierno andorrano nos extienda nuestro permiso de trabajo hasta el día 2 de mayo» continúa Julia; faltan quince días para que entremos en ilegalidad en el principado, pero lo más importante es que en esa fecha se nos vence nuestro seguro social, es decir que desde ese momento nos encontraríamos sin ninguna cobertura medica frente a este contexto mundial al que todos nos enfrentamos».

«Desde hace más de un mes estamos en contacto con los consulados en España -en Andorra no existe ninguna legación argentina- pero desde ese momento no contamos con ningún tipo de respuesta de las autoridades argentinas» nos cuenta la joven.

«El gobierno Andorrano y la Cruz Roja nos han ayudado con alojamiento y comida, pero sentimos que estamos tirando de una soga que no sabemos cuando se va a cortar porque como principado tienen muchas cuestiones que afrontar» recordando que «Andorra es un lugar que se encuentra entre España y Francia, con aproximadamente cuatrocientos setenta kilómetros cuadrados de superficie y 75.000 habitantes. Calculen ustedes que 2000 argentinos son entonces un número muy importante y eso hace que no podamos saber hasta cuando van a poder seguir ayudándonos» explica.

«Sabemos que el gobierno de aquí está en contacto con las autoridades argentinas para ver de utilizar los vuelos de Iberia y Air France que viajan vacíos hacia nuestro país para buscar a ciudadanos españoles y franceses que se encuentran allí para aprovechar y llevar a argentinos de vuelta al país» cuenta. La información es que esos traslados no han sido autorizados por la Cancillería nacional, algo que no tiene hasta el momento explicación lógica alguna, lo que es doblemente inexcusable si se tiene en cuenta que el gobierno argentino no debería abonar un solo peso por el uso de esos aviones.

Escuche aquí la primera parte de la charla con Julia Martín Sirito:

Julia nos cuenta que a instancias del gobierno de Andorra están trabajando un formulario no oficial de relevamiento que permite saber la cantidad exacta de argentinos en esta situación, de que provincia provienen y el estado en que se encuentran. Un trabajo que debió realizar el Ministerio de Relaciones Exteriores de nuestro país pero que sugestivamente fue olvidado, a punto tal que solo se está cumpliendo a instancias del estado anfitrión.

Sobre el final la joven agradece a diputados nacionales y provinciales que se comunicaron con ellos, así como al intendente Guillermo Montenegro, al titular del EMTUR, al Defensor del Pueblo y a la concejal Cristina Coria (UCR) que están intentando ayudarlos en el duro momento que atraviesan.

La segunda parte de la charla con Julia:

Hace pocos días Julia le escribió una carta al gobernador de la provincia Axel Kicillof en la que lejos de abogar por su complicada situación personal prefirió interceder por todos los argentinos que se encuentra en el mismo problema. «Todos vinimos al Principado a trabajar temporalmente, buscando una oportunidad y prestando servicios para centros de esquí, restaurantes, centros comerciales, hoteles, entre otros, hasta que ellos cerraron sus puertas. Habiendo sido cesanteados, el 13 de Marzo pasado . La situación de cada uno, en menor o mayor medida es más que alarmante y preocupante, nuestros recursos económicos son escasos; no podemos afrontar alquileres, comida entre otras necesidades, por mas semanas. Incluso muchos se encuentran con problemas de abastecimiento de medicamentos…» le informa.

Para luego sugerir que «si Cancillería autorizara nuestro regresos/arribo, se podría garantizar: a) embarcar solo argentinos residentes, que no contemos con ningún síntoma de la enfermedad,Covid 19, realizandonos control sanitario previo, y conocer así el estado de cada uno de nosotros apenas arribamos a nuestro país. b) Declaración jurada de cumplir con la cuarentena obligatoria y absoluta mencionada en el Art. 7 del decreto citado. c) Incluso se podría realizar el test de prueba (hisopado) al arribo, el cual en tres horas nos permitiría saber fehacientemente el estado de libre afección. Con la elaboración de este plan, consideramos no afectar la Salud Pública. Destacando que con las garantías citadas se estaría garantizando el cumplimiento del Decreto 331/2020 Art. 2., respecto del regreso paulatino de los nacionales al territorio argentino».

Concluyendo que «nos permitimos sugerir que se habiliten todos los aeropuertos que dispone nuestro país, con la posibilidad de aterrizar aviones de las características, y sean en esas ciudades, donde se deba realizar los controles sanitarios que correspondan. De este modo se puede descomprimir Ezeiza y repatriar no menos de 3000 hermanos por día (dos vuelos diarios por aeropuerto)». Casi un plan completo de evacuación que no podemos dejar de preguntarnos como no surgió de una propuesta de las autoridades del país.

Una situación dolorosa y en cierto punto vergonzosa. Dolorosa porque afecta a hermanos argentinos que se encuentran abandonados a su suerte y dependiendo de la ayuda solidaria de terceros países que, como en este caso el Principado de Andorra, se esfuerzan por contener a quienes no encuentran en sus propias autoridades la respuesta acorde al drama que están viviendo.

Y vergonzosa porque queda demostrado, una vez más, que la inmensa y costosa estructura del estado nacional -integrada también por centenares de embajadas y miles de consulados- no está preparada para afrontar las mínima responsabilidad que es la de sostener y ayudar a los compatriotas en momentos de dificultad y de crisis.

¿Alguien se hará responsable de la situación de Julia y de los 2000 argentinos varados en Andorra?. ¿O los  derechos y obligaciones que gobernantes y gobernados tenemos fijados en nuestra Constitución seguirán siendo la cáscara vacía de enunciados que nunca se cumplieron y nadie tiene interés en respetar?.

Como fuese, sería bueno que el debate se zanjara con todos los argentinos de vuelta en su patria.

Teléfono para el Sr. Canciller…