Momento de decisión: Macri analiza como aprovechar el efecto #1A

Por Adrián FreijoYa nada es como antes. Después de la marcha de apoyo, en el gobierno comienza a tomar fuerza el ala política que impulsa al presidente a tomar la iniciativa.

¿Se terminó el tiempo de los gurúes?, ¿las redes sociales dejarán de ser el único universo de acción del oficialismo?, ¿entendió el gobierno que aún es temprano para desechar la calle como territorio de la acción política?.

Por estas horas muchas de estas preguntas, y tantas otras, conmueven los despachos y lugares de encuentro de los colaboradores del presidente. Lo ocurrido el sábado ha conmocionado al oficialismo tanto o más de lo que lo hizo con la oposición.

Porque para el peronismo, que venía envalentonado por las marchas de las diferentes variantes sindicales, tomar nota de la capacidad de autoconvocatoria de «los que están del otro lado de la grieta» no deja de ser preocupante. De alguna forma remite a lo ocurrido en los últimos comicios, cuando todo indicaba que el por entonces oficialismo ganaría la provincia de Buenos Aires y se encontró sorpresivamente con una joven, casi desconocida y desacostumbrada a la ríspida forma de hacer política en el distrito, que barrió con todo y lo eyectó del poder por primera vez en un cuarto de siglo. ¿Pasará lo mismo con «la calle», este territorio hasta ahora reservado a la oposición?.

Pero para el gobierno, tan dubitativo y cambiante en su actitud frente a la marcha, tomar nota de que la gente ha tomado el protagonismo en sus manos y no está dispuesta a dejarse arrastrar por la tibieza oficial, no deja de ser también motivo de preocupación. O actúa, como se lo exige la calle, o puede convertir el presente apoyo en un enojo de difícil pronóstico.

Y lo que esos varios millones que salieron a manifestar en todo el país le exige a Mauricio Macri nada tiene que ver con la inflación, la inversión o la distribución de la riqueza; eso vendrá luego y en todo caso se comenzará a resolver en octubre.

La gente le pide firmeza frente a un peronismo que ya da por superadas sus responsabilidades en el latrocinio de la última década, frente a la dirigencia gremial que se dispone alegremente a facturarle a este gobierno los desajustes del que se fue y, sobre todo, rapidez en el juzgamiento y castigo a los ladrones del país.

Le pide, en definitiva, cumplir con el contrato tácito que se firmó en cada voto del 2015.

Los próximos días serán definitorios. ¿Se sigue con la tibieza o se va a fondo con los cambios?, ¿se polariza o se dialoga hasta sobre lo que parece no tener sentido alguno?.

Algo es seguro, y es que la calle existe más allá de los análisis de Durán Barba y la compulsión twittera de Marcos Peña. Y el gobierno ahora sabe que esa calle tiene vida y voz propia.