Ni aquel 38-38 en AFA logró que Tinelli entendiese de que se trata

Redacción – Vaya a saber por que raro masoquismo el conductor televisivo sigue insistiendo en hacerse dueño del fútbol; y todo le sale mal. Boca y River unidos y Fox Sports le propinaron duro golpe.

Aquella tragicómica imagen del empate 38-38 en una elección en la que votaron 75 asambleístas y su inmediata desaparición del universo AFA con la pretendida designación como Secretario de Selecciones Nacionales licuada por la carencia absoluta de participación en la organización del proyecto de Messi y sus amigos parecieron no hacer mella en Marcelo Tinelli que, primero tratando de forzar una alianza con Mauricio Macri -sin darse cuenta que todos los codazos venían por el lado de Daniel Angelici, el presidente de Boca que responde sin fisuras al ex presidente- y luego lanzándose en brazos de Alberto Fernández e integrando una «Mesa Contra el Hambre» que no se reúne ni para comer, siguió pensando en que su destino y el del fútbol argentino eran inseparables.

El pícaro presidente de la AFA Claudio «Chiqui» Tapia, otro activo protagonista de aquella impresentable maniobra electoral para despedir con un «chau, chau, chau» al conductor televisivo, volvió a ponerlo en la ruta cuando la creación de la Liga Profesional de Fútbol necesitaba de un figurón que pusiese la cara mientras los verdaderos poderosos hacían lo que mejor les sale y más les sirve: política y negocios.

Un par de promesas, las luces de los flashes siempre a disposición de los jerarcas que aporta un periodismo deportivo prostibulario, alguna ubicación cercana a la cabecera y unos pasajes que permitiesen integrar delegaciones de la AFA fueron entonces suficientes para que Marcelo -tan conocedor del show y tan ingenuo para la realidad- cayese nuevamente en la trampa: el fútbol lo manejaría la Liga, el la presidiría, se quedaría con el negocio televisivo y en un futuro no muy lejano sería catapultado a la presidencia de la AFA.  

Y para no andar con eufemismos…entró como un caballo.

Y mientras Tinelli se paseaba cual pavo real por el impiadoso mundo de la redonda, Tapia y sus amigos hicieron y deshicieron a su antojo y sin límites. Tanto que, pese al consejo de los abogados de la Asociación y de la Superliga, convencieron al infautado dirigente-estrella de la conveniencia de rescindir unilateralmente el contrato con la Fox y encarar, junto con el gobierno de Alberto Fernández y en un remedo de aquel escracho que fue Fútbol para Todos, la televisación del torneo que se inicia por estas horas. 

Claro que esta vez el negocio sería mixto: parte quedaría para los privados -por supuesto Tinelli y Cía. a través de alguna de las señales ya conocidas- y un pedazo para el estado que pagaría millonarias sumas para transmitir entre tres y cinco partidos por fin de semana. ¿Qué podía salir mal?….

Pero la Fox no se quedó de brazos cruzados, recurrió a la justicia y consiguió en tiempo récord una medida cautelar que dictaminó que las autoridades del fútbol argentino tendrán que «abstenerse de realizar actos, llevar adelante procedimientos y aplicar cualquier medida” que impida a Fox hacer uso de las imágenes del campeonato de primera división. Y que puede ser antesala de un desastre judicial que le cueste a la AFA y a la Superliga varios millones de dólares.

Pero como los males no suelen venir solos un nuevo actor apareció en escena: la impensada sociedad entre River y Boca que denunciaron la maniobra con la televisación y cargaron sobre Tapia para informarle que la Superliga debe desaparecer, la AFA tiene que volver a hacerse cargo de todo el fútbol y sus negocios colaterales y que ambos clubes -los únicos realmente grandes económicamente del país- serán los que de ahora en más llevarán la voz cantante de las decisiones que se tomen en torno al popular deporte.

Lo que significa desplazar, una vez más, a Marcelo Tinelli del centro de la escena…algo a lo que Tapia no opuso ningún reparo.

No hay caso, el negocio del fútbol no parece haber sido creado a su medida, las lealtades recogidas le duran menos que un perro en misa de doce, cada aventura le cuesta un dineral y todo queda invariablemente en intentos y decepciones.

Si hasta las matemáticas parecen haberse sublevado contra el creador de Show Match: aquella vez con un 38-38 técnicamente imposible que lo dejó afuera y ahora, en una nueva elección, ganando 73 a 2 y sin embargo siendo una vez más derrotado.

Y es que esos dos eran….nada menos que Boca y River.