El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, goza de mejor imagen que Raúl y Fidel Castro en Cuba, donde también obtienen mejor nota el papa Francisco o el rey Felipe VI.
Lo que sí aplauden de forma abrumadora los cubanos es la decisión de Raúl Castro de normalizar relaciones con Washington, pese a que no creen que vaya a cambiar radicalmente la política de la isla en el futuro inmediato.
Esos son los principales resultados de una encuesta realizada por la empresa estadounidense Bendixen & Amandi para Univisión en colaboración con The Washington Post. El sondeo fue elaborado en Cuba, entre 1.200 ciudadanos cubanos adultos residentes en la isla, entre el 17 y el 27 de marzo, con miras a la primera cita oficial de Obama y Castro durante la Cumbre de las Américas que comienza este viernes en Panamá.
Al esperado encuentro panameño Obama acude con una imagen más favorable entre los cubanos que su interlocutor: según la encuesta, el 80% de los cubanos tiene una opinión positiva del presidente estadounidense. En el caso de Raúl Castro, la opinión es dividida aunque se escora levemente hacia el lado negativo: un 47% lo ve favorablemente frente al 48% que tiene una opinión negativa del actual presidente cubano. En el caso de Fidel la diferencia es más clara: el 50% dijo tener una opinión «algo o muy negativa», frente al 44% que sigue viéndolo con buenos ojos.
Además de Obama, también el papa Francisco —mediador en las negociaciones secretas que llevaron al anuncio de normalización de relaciones entre Cuba y EE UU en diciembre— tiene una imagen positiva entre el 80% de los cubanos. El rey Felipe VI (65%) y el presidente venezolano Nicolás Maduro (62%) logran asimismo mejor calificación que los líderes cubanos.
Más razones para que del encuentro entre Obama y Castro en Panamá salga algún resultado concreto: el 97% de los cubanos considera que la normalización de relaciones es buena para Cuba. También están convencidos que la isla tiene más que ganar en este acercamiento que el vecino norteamericano.
La insatisfacción es el sentimiento dominante de los cubanos a la hora de valorar el sistema económico y político bajo el que viven en la isla. Un 79% de los consultados se declara «no muy o nada satisfecho» con el sistema económico, frente a un 19% que dice apreciarlo. Ante la misma pregunta pero sobre el sistema político, las cifras son algo más moderadas pero también vuelven a ser mayoría —53%— los que se declaran insatisfechos, frente a un 39% que no tiene demasiadas quejas.
Los motivos de la insatisfacción política los lidera la falta de libertad (49%), seguido de la falta de desarrollo económico (26%). El 52% dijo que hay necesidad de más partidos políticos en la isla, frente a un 28% que considera que es suficiente con el Partido Comunista de Cuba (PCC).
Pero pese a las grandes expectativas generadas por el acercamiento La Habana-Washington, los cubanos no confían en que éste redundará de inmediato en cambios políticos, aunque sí esperan mejoras económicas.
El 64% está convencido de que la normalización de relaciones llevará a cambios del sistema económico, frente a un 30% que piensa que seguirá igual. Las proporciones se vuelcan cuando la pregunta es sobre si el acercamiento también producirá cambios políticos: ahí son mayoría (54%) los que piensan que seguirá el «mismo» sistema, mientras que solo el 37% confía en que también habrá movimiento en esta esfera.
Es por eso quizás que, pese a las esperanzas de mejores perspectivas económicas, una mayoría de los encuestados (55%), sobre todo los jóvenes, contestan con un rotundo sí a la pregunta de si les gustaría irse a vivir a otro país. Un dato preocupante, apunta Fernand Amandi, de la empresa responsable del sondeo.
“Aunque el pueblo cubano se siente muy optimista con la nueva apertura y lo que representa en cuanto a lo que va a ayudar a la situación económica, la gran mayoría todavía se quiere ir de Cuba, vivir en otro país. Sobre todo la generación del futuro cubana”, destacó Amandi en entrevista telefónica. Ello se explica, apuntó, a que si bien se espera que la normalización de relaciones ayudará a cambiar la realidad económica, “no así con un sistema que según los encuestados necesita reformas políticas. La conclusión de muchos es buscarse el futuro fuera”.