Oficialismo y oposición: las dos caras de una elección que deja huellas

RedacciónCon casi el 47% de los votos el oficialismo se imponía por sobre el Frente de Todos que quedó a 20 puntos del ganador. Escrutados más del 80% de los votos la tendencia es irreversible.

Las caras en el bunker del kirchnerismo lo decían todo: desazón por un resultado calamitoso y enojo por la conducción del espacio que, una vez más, arrastra al partido a una debacle.

Si bien se suponía un triunfo del sector que lidera Guillermo Montenegro, el volumen de la derrota del Frente de Todos, que lo deja fuera de cualquier discusión de cara a los comicios de noviembre, plantea la necesidad de barajar y dar de nuevo, cambiar de liderazgos y buscar caminos de acercamiento con el vecino que fueron dinamitados por la errática estrategia que condujo Fernanda Raverta.

Todo lo contrario se vivió en el reducto del oficialismo. Euforia, seguridad de que la sociedad había entendido el mensaje y hasta un dejo de sorpresa por la amplitud de un triunfo que todos esperaban pero pocos imaginaban de semejante magnitud.

Una alegría similar a la que se percibía en los dirigentes del Frente de Izquierda que, aún lejos del piso necesario para lograr representación parlamentaria, especulan con que el efecto de una elección que los colocó como tercera fuerza puede repetir aquel «milagro para Altamira» y convertirlo ahora en un «milagro para Martínez» que les permita acercarse al sueño de una banca.

Donde las caras no eran por cierto de felicidad era en la sede de Acción Marplatense. La jugada pergeñada por su conductor no dio los resultados esperados y la muy floja performance de Florencio Randazzo en la provincia terminó arrastrando al abismo las aspiraciones de Fernando Telpuk que quedó muy lejos de los números esperados y que debería ahora remontar una cuesta que en principio parece exageradamente empinada. El otrora poderoso Partido de la Ciudad tiene por delante un arduo debate que le abra caminos para recuperar aquella empatía con los vecinos que hoy parece haberse perdido sin que se perciba una salida rápida y fácil.

Pero hay algo que debería servirle de acicate: ninguna de las fuerzas que pretenden ocupar ese lugar de representación vecinal hizo una elección que sirva al menos para que abriguen esperanzas.

El caso más emblemático es el de Crear, el partido fundado y conducido por Lucas Fiorini, que tuvo una jornada para el olvido y deberá plantearse seriamente si la tentación a cotizarse más alto de lo que la realidad indica no es una vía directa al fracaso y a la desaparición. Festejar un magro 3%, para una fuerza que hoy tiene dos concejales en funciones y un senador como líder, se parece mucho a no querer asumir la realidad.

La política, aún en una sociedad perdularia como lo es la que compone el mundo partidario argentino, requiere de inteligencia, estrategia…pero también de humildad y autocrítica.

Igualmente deberá esperarse el cierre del escrutinio para saber si Crear y Avanza Libertad, la fuerza que tiene en José Luis Espert a su principal referente provincial, llegan a incorporarse a la grilla de noviembre y si alguna otra fuerza logra superar el piso del 1,5% para competir.

Pero en esta noche de domingo solo en las carpas del Juntos reinaba la alegría y la confianza. Todos sus rivales -que además deberán afrontar fuertes debates internos- se fueron a dormir con la sensación de que la suerte, de cara a noviembre, ya está echada.