La foto es ilustrativa: esta «multitud» se adueñó una vez más de la calle y convirtió en un drama el derecho a circular de los marplatenses. ¿Hasta cuando?.
Mientras a pocos metros se continuaba teorizando sobre seguridad, derechos humanos, megaproyectos y por supuesto candidaturas, una vez más el ciudadano común quedó rehén de protestadores y demagogos.
Un puñado de personas, tan ajenas a la realidad como quienes habitan el palacio de Luro e Hipólito Yrigoyen, resolvieron que sus derechos están por encima de los de los demás y condenaron a miles a sufrir demoras, molestias y sobre todo la pérdida de esos derechos que ya en nuestro país (y en Mar del Plata) se han convertido en grotescas enunciaciones.
¿Hasta cuándo?, ¿hasta dónde?, ¿en nombre de qué cosa?.
Nosotros no lo sabemos y ellos, los protagonistas de este juego absurdo del gato y el ratón, seguramente sí…pero no les importa.