PAMI TE MATA

Demoras peligrosas en la entrega de turnos para prestaciones, afiliados que deben esperar meses para una intervención y la tercera edad como rehén de un servicio cada día más deshumanizado. ¿Hasta cuándo?.

 

«Con una afección cardíaca que es una bomba de tiempo y que puede costarme la vida me dan un turno para realizarme los estudios para dentro de dos meses. Tengo una obstrucción severa en ambas carótidas y ya hace tiempo que los síntomas me indican un empeoramiento de una afección que puede ocasionarme un ACV o un infarto en cualquier momento» nos dice J.C, otro de los muchos lectores que habitualmente se comunican con nosotros para expresar sus quejas por el servicio de la institución.

Mientras tanto las autoridades del Instituto, como ocurre con tantas otras áreas de gobierno, siguen gastando fortunas en publicidad, en anuncios rimbombantes y en la búsqueda de una imagen de eficiencia que lejos está de corresponderse con la realidad. Los afiliados del PAMI, muy marcadamente en Mar del Plata, están muchas veces a la espera de un milagro para lograr la atención que puede salvarles la vida.

Durante el largo tiempo de la pandemia muchos médicos de cabecera prefirieron aislarse y dejar de atender a sus pacientes (Ver: Médicos que se esconden: la otra cara de una profesión heroica) sin que desde la conducción local se tomase medida alguna con esos incumplimientos.

Y no hace falta recordar las habituales demoras en la provisión de las vacunas antigripales para los adultos mayores, que deben esperar meses para ser inoculados, y las dificultades a la hora de conseguir una cama para internación, fecha para una intervención o la provisión de una prótesis. Para una población etárea que no tiene al tiempo como aliado, este juego perverso de las demoras se parece más a un genocidio que a un servicio público.

Pasan los años, cambian las administraciones y sus colores políticos, se multiplican los discursos y el autobombo y el PAMI sigue acumulando incumplimientos mientras sus directivos, nacionales y locales, lo utilizan como plataforma de sus aspiraciones políticas personales. Y por supuesto ni pensar en devolver el manejo de la obra social a sus verdaderos dueños, convertidos hoy en víctimas propiciatorias. De eso no se habla…

¿Y si cambian su slogan «PAMI te escucha» por el más contundente  «PAMI te mata»?.

Sería más sincero…