Pampita: éxito gremial y una puerta abierta a la esperanza

Redacción – La actitud tesonera de la URHGRA y la firmeza de los trabajadores de la parrilla fueron argumento suficiente para lograr frenar el desalojo. Pero también amanece una solución.

Mucho se habla por estos días de cual debe ser el papel de las organizaciones sindicales en el nuevo tiempo que vive el mundo. Y son muchos los dirigentes que prefieren aferrarse al pasado, sosteniendo exigencias que el estado no puede responder, como los que escudándose en las fragilidades de la modernidad eligen rifar los derechos adquiridos de los trabajadores sin intentar posiciones firmes que los sostengan y generen espacios de discusión.

Pero hay otros  que no están dispuestos a ceder a la nueva era y se comprometen con la defensa de sus afiliados pero también aportan a las soluciones de la adaptación.

La firme presencia de la UTHGRA sostuvo la defensa de los trabajadores

Y algo de ello se vio esta semana en Mar del Plata, cuando la firme presencia de la UTHGRA local, encabezada por su propia Secretaria General Mercedes Morro, logró frenar el desalojo del tradicional restaurante Pampita que padece las consecuencias de una nebulosa legal de esas que suelen armarse a sabiendas de que terminarán siendo tapadera de maniobras que siempre afectan a los trabajadores.

Y esa firmeza rindió sus frutos: frente a la conmoción social y a la posibilidad de daños a personas y bienes, la incansable acción de la joven abogada Selena Marinelli y la solidez de su planteo llevó a que  el juez interviniente Dr. Alejandro Almenta suspendiera «por tiempo indeterminado» el desalojo, abriendo la siempre sabia instancia del tiempo a una posible solución.

Pero…¿existe esa solución?. Y es aquí que entra en escena la imagen del nuevo dirigente, que no se contenta con retardar estas cuestiones a cambio de vanos aplausos de momento, sino que busca asegurar las fuentes de trabajo a partir de soluciones de fondo.

Y en ese sentido las próximas horas puede traer novedades. Un grupo empresario argentino con sede en Londres, propietario de una exitosa cadena de restaurantes especializados en carnes nacionales, llegaría a la ciudad con la intención de invertir en la compra de Pampita y desde allí hacer pie en el mercado gastronómico local.

Y los más importante es que con esta operación se aseguraría la continuidad de las fuentes de trabajo, algo que será posible por el buen diálogo existente entre el sindicato gastronómico y los inversores. En buen romance, el incalculable valor de la alianza entre capital y trabajo en la búsqueda de lo mejor posible para cada uno. Algo que define al mundo que viene.

Un caso de equilibrio, firmeza e inteligencia que será el camino para sostener en el tiempo los derechos del trabajo, los del capital con sentido social y sobre todo los de una sociedad que cambia pero necesita de la sabiduría de sus representantes.

Lo que suele ser mucho menos común de lo deseable…