Frente a una ley anti homofobia, sancionada por los diputados, el Vaticano plantea su rechazo basándose en el Concordato de San Juan de Letrán firmado con el líder del fascismo.
El Vaticano advirtió a Italia que algunos puntos de un proyecto de ley en discusión en el Senado contra la homofobia y la transfobia «reducen la libertad» religiosa garantizada por el denominado Concordato, el acuerdo que regula las relaciones entre Iglesia y Estado italiano desde 1929 y planteó su «preocupación» por el texto.
Los Pactos de Letrán o Pactos lateranenses, que de ellos se trata, fueron una serie de acuerdos firmados el 11 de febrero de 1929 por el cardenal Pietro Gasparri, en nombre del papa Pío XI, y por el primer ministro de Italia, Benito Mussolini, en nombre del rey Víctor Manuel III. Un concordato a fin de definir las relaciones civiles y religiosas entre el gobierno y la iglesia en Italia (lo cual se resumió en «Iglesia libre en Estado libre»), y una convención financiera que proporcionara a la Santa Sede una compensación por sus pérdidas en 1870. Aquella libertad es la que hoy el Vaticano dice que está en peligro.
«Algunos contenidos actuales de la propuesta reducen la libertad garantizada a la Iglesia Católica por el artículo 2, párrafos 1 y 3 del acuerdo de revisión del Concordato», planteó la Santa Sede al Gobierno italiano en una nota oficial presentada la semana pasada, informó hoy el diario Corriere della Sera.
La misiva, que según el periódico fue entregada por el denominado «canciller» vaticano Paul Richard Gallagher, advierte que algunos aspectos de la norma aprobada por Diputados en noviembre van en contra del marco legal que regula la existencia de la Iglesia en el país.
«Ciertamente, hay preocupación de la Santa Sede y de cada uno de nosotros» por el texto, planteó hoy el prefecto del Dicasterio para Laicos, Familia y Vida, el cardenal irlandés Kevin Farrell, al ser consultado por la carta en conferencia de prensa.
Según Corriere, la preocupación de la Santa Sede alcanza a la «libertad de organización, de público ejercicio de culto, de ejercicio de magisterio y del ministerio episcopal» y a la garantía «a los católicos y sus asociaciones y organizaciones la plena libertad de reunión y manifestación del pensamiento con la palabra, los escritos y cualquier otro medio de difusión».
Uno de los puntos que preocupan al Vaticano, siempre según Corriere, es que, con el texto actual del proyecto conocido como «DDL Zan», las escuelas católicas privadas no estarían exentas de organizar actividades durante la futura Jornada Nacional contra la Homofobia.
Al mismo tiempo, la nota presentada por el secretario para las Relaciones con los Estados del Vaticano a la embajada italiana ante la Santa Sede pone en guardia sobre la «libertad de pensamiento» de los católicos y por las posibles consecuencias judiciales.
«Pedimos que se tengan en cuenta nuestras preocupaciones», planteó Gallagher en la carta, según Corriere, sobre el proyecto, que genera divisiones también dentro del oficialismo italiano.
La misiva constituye la primera vez que la Santa Sede hace un pedido formal a Italia sobre un proyecto de ley en casi 100 años de existencia de los denominados Pactos Lateranenses, que enmarcaron la relación bilateral.
La carta del Vaticano fue apoyada por algunos miembros del oficialismo, como el ultraderechista Matteo Salvini de la Liga, que reclamaron un «freno y revisión» del proyecto.