Por Adrián Freijo – Hoy las encuestas le sonríen al intendente Guillermo Montenegro. Tanto que la idea pasa por acortar todo el tiempo posible la campaña y esquivar las zancadillas que van a tirarle.
Algunos hablan de 15 puntos de ventaja mientras otros, más prudentes y seguramente sabedores que los números reales se ven mucho más cerca de la elección, se atreven a pronosticar al menos un 10% de diferencia a favor de la lista del oficialismo local.
«No sé si la gestión es muy buena pero el kirchnerismo parece trabajar para consolidar la figura de Montenegro» repetía hace unas horas un veterano periodista marplatense, ducho y experimentado en esto de las campañas. «Están tan enceguecidos en sus internas y obsesionados con ser cada uno de ellos más papista que el Papa que parecen ignorar a la sociedad que es la que en definitiva decide quien gana y quien pierde. Pocas veces vi tantos errores juntos» repetía el hombre, sorprendido por la falta de contacto con la realidad de los ediles del Frente de Todos.
Pero en las carpas oficialistas no se confían. Saben que la parte dura de la campaña aún no comenzó y esperan andanadas de munición gruesa apenas, a fin de este mes, estén cocinadas las listas. Sospechan además que entre propios y extraños quedarán muchos heridos que, como siempre ocurre, saltarán el charco para tratar de hacer el mayor daño posible…
Aunque por ahora confían en que la buena mano negociadora de Alejandro Rabinovich haya logrado una lista en la que «están todos representados -los nuestros, los radicales, la Coalición Cívica y hasta la pata peronista que se ha incorporado- y además quedaron satisfechos» explicaba un hombre del PRO, acostumbrado a estas finas negociaciones que siempre suelen derivar en peleas que, al parecer, no tendrán a Mar del Plata como epicentro. «La provincia es otra cosa», nos decía, «ya veremos como arreglan arriba Maxi y Larreta; nosotros acá tenemos todo en orden y el diálogo con Abad, con Vilma y con Bordaísco es constructivo y marcha en un mismo sentido».
«Necesitamos una campaña corta porque el «Gordo» (por Montenegro) va a tener que ponérsela al hombro: es el único que hoy concentra el apoyo de la gente» dice uno de sus principales asesores políticos, mientras muestra dos encuestas diferentes que coinciden en dar al jefe comunal una imagen positiva que en ambos casos supera el 65%. «Hay que rodearlo, cuidarlo y tratar que pueda conducir sin tener que exponerse demasiado en el fragor electoral; gestión, gestión y gestión» , repetía.
Juega a favor de esta estrategia la falta de conocimiento que la sociedad tiene de todos los candidatos. «Al final se va a reiterar el enfrentamiento Raverta-Montenegro y ahí sacamos ventaja» especulan en los campamentos de Juntos por el Cambio. «Y si Pulti juega en la lista local, la pelea de ellos va a ser por el segundo puesto» se entusiasman.
Y es que el ex intendente aún deshoja la margarita y no ha definido si encabezará la lista local de la alianza que encabeza Florencio Randazzo o migrará con sus votos a otros ámbitos. Aunque sepa que el arrastre de su nombre será muy diferente si pugna por sentarse en una banca del Concejo que si pide el apoyo de los marplatenses para una diputación nacional o una senaduría provincial.
«En una lista local Gustavo arranca de un piso de 11 o 12 puntos y si tiene apoyo para una campaña fuerte puede «mojarle la oreja» al Frente de Todos. Hay mucho peronistas insatisfecho por la conducción cerrada de Raverta y el maltrato de sus personeros en Mar del Plata; y ahí la ambulancia de Pulti puede levantar tupido» especulan quienes, no por amor, quieren al ex jefe comunal compitiendo en estas playas.
A mediados de mes comenzarán a definirse estas cuestiones de listas y candidaturas. Lo cierto es que cerca del intendente quieren una campaña corta y rezan para que la situación de la economía local comience a remontar de a poco.
El kirchnerismo apuesta todo a la ayuda que pueda llegar desde nación y provincia y la capacidad que sus espadas locales tengan para convencer a los marplatenses que ellos tienen algo que ver con lo que se consiga. Algo difícil en una carrera de egos en la que Fernanda Raverta está más ocupada en armar su propio 2023 que en hacer lucir a alguien para estas elecciones de medio tiempo.
Y Pulti, a quien sus aliados quieren con afiche marplatense, que deberá resolver si baja al barro de la lucha local o se acoge a la tranquila seguridad de un cargo legislativo nacional. Aunque esta última decisión, por más que se esfuerce en explicar lo contrario, lo deje fuera de carrera para una nueva lucha por la intendencia.
Todo está por verse…